Para avanzar en la reducción de emisiones y en un planteamiento mucho más ecológico del automovilismo no hacen falta tampoco espectaculares prototipos a la espera de largos desarrollos e investigaciones. Es posible aplicar pequeñas pero efectivas medidas que ayudan a convertir un coche, aunque sea en formato familiar teóricamente menos propenso a estas evoluciones, en más respetuoso con el medio ambiente.
Volkswagen apuesta por ello en su línea Blue Motion y, más en concreto, en el Passat presentado el pasado verano. A través de un cambio de marchas más largo entre la tercera y la quinta velocidad, un rediseño de los bajos y neumáticos de baja resistencia a la rodadura este modelo ha logrado el certificado medioambiental al situarse en los 136 g/km.
La etiqueta Blue Motion sigue creciendo.
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