Seis años después de que surgieran los primeros casos de neumonía en Wuhan, China, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que el COVID-19 ya no se considera una emergencia sanitaria internacional, a pesar de que sigue representando un riesgo significativo para la salud pública. Esta afirmación fue hecha en una reciente advertencia donde se detalló que el virus SARS-CoV-2 continúa causando hospitalizaciones y muertes en la región europea. Aunque las vacunas actualizadas presentan una alta eficacia en la prevención de enfermedades graves, los datos muestran que el virus no ha desaparecido del todo.
Desde el anuncio inicial de la pandemia, que se registró el 31 de diciembre de 2019, más de 6,9 millones de muertes han sido atribuidas al COVID-19 a nivel global. A pesar de que en mayo de 2023 la OMS declaró el fin de la Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional, estudios recientes revelan que el COVID-19 sigue presente y afecta a comunidades en Europa. La oficina para Europa de la OMS ha estado colaborando con los ministerios de salud de varios países mediante la red EuroSAVE, centrando esfuerzos en la vigilancia de infecciones respiratorias graves.
Un estudio reciente analizó casi 4,000 hospitalizaciones por infecciones respiratorias agudas que ocurrieron entre mayo de 2023 y abril de 2024, y encontró que aproximadamente el 10% de estos pacientes tenía COVID-19. La mayoría de los pacientes hospitalizados eran mayores de 60 años y presentaban enfermedades crónicas, lo que motiva a la OMS a recomendar la vacunación anual. Sin embargo, sorprendentemente solo el 3% de estos pacientes había recibido una vacuna en el último año. La situación es crítica, ya que el 13% de los hospitalizados con COVID-19 requirió cuidados intensivos y el 11% falleció.
Otro análisis comparativo de pacientes hospitalizados por COVID-19 y aquellos que sufrieron de influenza entre 2022 y 2024 mostró que los enfermos de COVID-19 experimentaron complicaciones más graves. Mark Katz, epidemiólogo de la OMS/Europa, señaló que aunque el COVID-19 ya no causa la misma propagación masiva que durante la pandemia, sigue resultando en una cantidad considerable de hospitalizaciones y muertes. La gravedad de sus efectos se compara e incluso supera a la de la influenza.
En relación a la efectividad de las vacunas, un estudio en Kosovo evidenció que una dosis administrada en los seis meses anteriores mostró un 72% de efectividad para prevenir hospitalizaciones y un 67% para evitar casos graves. A pesar de estos números positivos, la cobertura vacunal entre grupos de alto riesgo permanece baja, y en algunos lugares se reporta falta de disponibilidad de vacunas. Silvia Bino, epidemióloga del Instituto de Salud Pública de Albania, enfatizó la necesidad de revacunar a los grupos más vulnerables, incluidos adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
Ante este preocupante panorama, la OMS ha reiterado la importancia de la revacunación en poblaciones de riesgo y ha hecho un llamado a intensificar la disponibilidad de vacunas para asegurar una mejor protección contra el COVID-19 en la región.
Fuente: ONU últimas noticias





