La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ha denunciado un incremento en la campaña de desinformación orquestada por el gobierno de Israel, que incluye mensajes de odio que comprometen la seguridad de su personal. Esta campaña se manifiesta a través de vallas publicitarias en diversas ciudades alrededor del mundo y anuncios patrocinados en búsquedas de Google.
UNRWA ha señalado que el esfuerzo de un Estado miembro de la ONU para etiquetar a la agencia como una organización terrorista equivale a una incitación al odio, utilizando recursos de empresas privadas. La organización enfatiza que esta campaña perjudica gravemente su reputación y pone en riesgo la vida de su personal, que ya ha sufrido pérdidas significativas: un total de 251 miembros han muerto en Gaza desde el inicio del conflicto, y dos tercios de sus edificios han sido bombardeados.
En Jerusalén oriental, la sede de UNRWA fue incendiada, y las autoridades locales han intentado apropiarse de sus instalaciones para construir asentamientos. En su comunicado, la agencia también exige que las empresas involucradas en la difusión de desinformación asuman su responsabilidad y se establezcan regulaciones para controlar la circulación de estos mensajes dañinos.
Desde que la guerra se intensificó el 7 de octubre, UNRWA ha estado bajo un asedio constante de desinformación. Funcionarios israelíes han señalado como objetivo de guerra el desmantelamiento de la agencia, lo que ha llevado a una intensa presión diplomática sobre los gobiernos de los países donantes. En un discurso reciente, Philippe Lazzarini, Comisionado General de UNRWA, afirmó que la organización enfrenta no solo ataques físicos y legislativos, sino también una feroz campaña de desinformación a nivel global.
Las acusaciones contra UNRWA se han centrado en supuestas conexiones con el grupo Hamás, con alegaciones específicas que han llevado a 16 donantes a suspender financiamiento, lo que representa una pérdida de 438 millones de dólares en menos de 48 horas. Aunque una investigación de la ONU concluyó que, si se corroboran ciertas pruebas, un pequeño número de empleados podría haber estado involucrado en actividades ilícitas, la gran mayoría de las acusaciones carecen de fundamento sólido.
Lazzarini subrayó que la UNRWA no cuenta con capacidades policiales o de inteligencia, y que ha compartido los nombres de sus empleados con el gobierno israelí de manera regular, buscando transparencia. Sin embargo, ha destacado la falta de respuesta de Israel ante las solicitudes de evidencia que permitirían abordar las acusaciones pendulares.
El esfuerzo por desmantelar UNRWA tiene implicaciones más amplias. Lazzarini aseveró que este movimiento está dirigido a despojar a los palestinos de su estatus de refugiados, alterando unilateralmente las condiciones que afectan la resolución del conflicto. Aun en caso de que UNRWA fuese desmantelada, se mantendría el estatus de refugiado de los palestinos, dado que este se deriva de resoluciones anteriores de la ONU.
La agencia ha reiterado que no puede ser reemplazada por otras entidades de la ONU, ya que es responsable de proporcionar servicios básicos de educación y salud a un gran número de palestinos. Terminar con sus operaciones en Gaza desestabilizaría la respuesta humanitaria de la ONU y condenaría a miles de niños a una falta de acceso a una educación fundamental.
Si se cesan las operaciones de UNRWA en el territorio palestino ocupado, la obligación de proveer servicios recaerá en Israel, como potencia ocupante, aunque la situación actual ya es de por sí crítica y precarizada.
Fuente: ONU últimas noticias