En 2023, un estudio de Eurostat reveló que el 25,7% de jóvenes europeos de entre 15 y 29 años estaban empleados durante sus estudios formales, mientras que el 71,4% permaneció fuera de la fuerza laboral, y un 2,9% estaba disponible y en búsqueda activa de empleo.
Estos porcentajes varían considerablemente entre países. Los Países Bajos, Dinamarca y Austria mostraron las mayores cifras de jóvenes empleados, con un 74,5%, 52,6% y 46,2% respectivamente. En el lado opuesto, Rumanía, Eslovaquia y Hungría registraron las cifras más bajas, apenas alcanzando el 2,3%, 5,8% y 6,1%.
En cuanto a los jóvenes que buscan activamente empleo, Suecia (13,8%), Finlandia (8,3%) y Dinamarca (6,9%) lideran las estadísticas. Por otro lado, Hungría (0,4%), Chequia (0,8%) y Polonia (0,9%) se encuentran en la parte más baja de la escala, con menos del 1% de su juventud en búsqueda activa de empleo.
Las diferencias de género son significativas en estos datos. Los hombres tienen una menor participación en la educación formal en todos los grupos de edad y estatus laboral. Sin embargo, muestran una mayor participación en la fuerza laboral. En contraste, un mayor porcentaje de mujeres en educación formal tiende a estar fuera de la fuerza laboral, siendo esta brecha más pronunciada en el grupo de edad de 20 a 24 años. Además, más mujeres que hombres permanecen fuera tanto de la educación como de la fuerza laboral, siendo esta diferencia más destacada en los jóvenes de 25 a 29 años.