«Una voz absolutamente inconfudible»: Gloria Fuertes

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Así definió Luis A. de Villena la poesía de esta gran autora. Camilo José Cela dijo de ella: “es una de las más luminosas voces poéticas españolas”, y no exageraba.

Leer a esta gran poeta es sumergirse en un mundo sencillo y raso alejado de simplicidades, es adentrarse en un soberbio torrente de palabras que muestran abiertamente lo que fue su infancia, su adolescencia, su vida.

Poeta social, en general, de obra muy autobiográfica, Gloria Fuertes reconoce que es muy glorista, muy yoista. Escribe sobre toda clase de sentimientos, habla de lo divino y lo humano, del niño, del hombre, de las guerras, del hambre, del amor, y lo hace de una forma diferente, única en estilo y forma.

Sus versos están cargados de fuerza, son limpios, nuevos, llanos. Nos envuelve con su gran dominio del lenguaje, con sus juegos de palabras, con sus metáforas.

Fueron muchas sus obras para adultos y niños, importantes los premios que recibió y sobre todo fue grande el reconocimiento de sus coetáneos. Destacaría que fundó el grupo femenino «Versos con faldas» junto a Adelaida Lasantas, Maria Dolores de Pueblos y Acacia Ucieta, se dedicaban a ofrecer lecturas y recitales por los cafés y bares de Madrid. Gloria Fuertes se paseaba con su falda-pantalón montada en bicicleta, moderna y luchadora, como ella era, siendo una de las voces iniciales de la poesía femenina de la posguerra.

Hay quien dice que hay títulos en sus obras que por sí mismos son poesías, es cierto, escuchar por ejemplo: “¡Qué barullo en la herida¡” ,” Todo asusta”, “Cómo atar los bigotes del tigre”,” Ni tiro, ni veneno, ni navaja”…es , en mi humilde opinión, poesía en estado puro, poesía hilada con apenas dos o tres palabras.

Para terminar unos versos de Gloria Fuertes, la voz directa que llega y llegará a la mayoría, porque para sentir lo poético no hace falta ser bachiller”

Cuando te nombran,

me roban un poquito de tu nombre;

parece mentira,

que media docena de palabras digan tanto.

Acabo de beber tu nombre en el único charco.

Tu nombre me persigue

inquilino en mi sombra;

desapareceré

y él estará a mi lado.