Zyanya Gil, traductora mexicana, ha dedicado su vida profesional a unir culturas a través de la literatura. Especialmente enfocada en la conexión entre México y Corea, Gil considera que la traducción es un puente esencial entre las distintas culturas del mundo. “Los traductores permiten que las historias viajen más allá de las fronteras y que el acceso a la producción cultural de otros países enriquezca nuestras vidas”, señala.
El Día Internacional de la Traducción, que se celebra el 30 de septiembre, se convierte en una ocasión especial para honrar el trabajo de los profesionales lingüísticos que facilitan el entendimiento y la cooperación entre naciones. Gil explica que su labor no solo implica traducir palabras, sino también entender y transmitir las preocupaciones, tradiciones y valores de las diferentes culturas. “El rol del traductor es acercar textos y culturas a los lectores, y eso es lo que me fascina de este trabajo”, añade.
Con una sólida formación académica en Letras Inglesas en la Universidad Autónoma de México y una maestría en Literatura Coreana en la Universidad de Kyung Hee, Gil ha vivido 13 años en Corea del Sur, donde profundizó en la traducción literaria. Su talento fue reconocido en 2016 con el Premio de la Fundación Daesan por su traducción al español de «La panadería encantada» de Gu Byung-mo.
Entre sus obras destacadas se encuentra “¿Dónde está mi hija?”, un libro ilustrado que forma parte del catálogo del Club de Lectura de los ODS en México. Este libro, escrito por Iwona Chmielewska, utiliza metáforas animales para describir a una niña y desafiar las expectativas en torno a la discapacidad, transmitiendo un mensaje de inclusión. “Me conmovió que el libro no centrara la discapacidad como su eje principal. Muestra a una niña fuerte e inteligente, lo cual es vital para la narrativa infantil”, comenta.
La traducción de libros infantiles es una de las pasiones de Gil, quien revela que muchas veces se considera que es un trabajo menos complicado que traducir obras para adultos, cuando en realidad puede ser igual de complejo. “Se trata de encontrar la esencia del mensaje en pocas palabras, así como de hablar a los niños con respeto y reconocer su inteligencia”, explica.
Finalmente, Zyanya enfatiza la importancia de crear espacios para la lectura, tanto individuales como comunitarios. “Leer genera un ambiente especial donde se pueden absorber de manera diferente los mensajes de las historias. Siempre hay un lugar para la literatura, aunque parezca que no”, concluye, reflejando su compromiso con el fomento de la lectura y la inclusión cultural.
Fuente: ONU últimas noticias