En una década de esfuerzos ininterrumpidos, el proyecto «Salvemos nuestras tumbas» ha logrado digitalizar casi 7 millones de sepulturas en todo el mundo, gracias a la colaboración de miles de voluntarios y apasionados de la genealogía. Desde el lanzamiento de la iniciativa en 2014 por parte de Geneanet, el primer portal de genealogía con sede en Europa, se han registrado más de 6 millones de tumbas, preservando la memoria de miles de antepasados a través de fotografías detalladas.
En el contexto del Día de Todos los Santos, esta empresa cobra especial relevancia al rescatar del olvido aquellas lápidas y, con ellas, las historias personales que llevan consigo. La realidad es que alrededor de 200.000 tumbas son destruidas cada año, lo que subraya la importancia de iniciativas como esta para conservar la memoria histórica. Geneanet ha logrado convocar a los entusiastas de la genealogía para que fotografíen tumbas y registren las inscripciones, siempre con respeto hacia los lugares de descanso y las condiciones de las lápidas.
El proyecto se sustenta en la aplicación Geneagraves, disponible para los sistemas iOS y Android, que permite a los usuarios capturar imágenes de las sepulturas y sincronizarlas con sus cuentas en Geneanet. Una vez subidas, estas imágenes son indexadas de forma voluntaria, asegurando que cualquiera pueda encontrar la tumba de sus antecesores a través de un buscador gratuito.
La plataforma ha absorbido a más de 32.000 usuarios de más de 100 países, como Bélgica, Alemania, Canadá, y otros. En España, se ha logrado documentar aproximadamente 2.000 cementerios, incluyendo tumbas de figuras históricas como Francisco Goya en Madrid y Severo Ochoa en Luarca.
Además de este proyecto, Geneanet fomenta la creación y alojamiento gratuito de árboles genealógicos, ofrece acceso a archivos digitalizados y a una amplia colección de fotos históricas y de monumentos. El portal alberga una comunidad de más de 5 millones de miembros, quienes continuamente comparten e intercambian información genealógica.
«Salvemos nuestras tumbas» da una nueva oportunidad a las lápidas olvidadas, asegurando que las vidas y legado de nuestros antepasados no desaparezcan. La iniciativa destaca el principio de que las personas permanecen vivas en tanto sigan existiendo en la memoria y corazón de sus descendientes, extendiendo una invitación abierta a participar y preservar la historia familiar para las generaciones futuras.