Un equipo de investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) ha llevado a cabo un análisis exhaustivo para examinar cómo opera y se adapta la plataforma Airbnb en Barcelona, así como el impacto que ha tenido en la estructura socioeconómica y turística de la ciudad. La investigación, dirigida por Soledad Morales, profesora de Economía y Empresa y miembro del grupo NOUTUR sobre nuevas perspectivas en turismo y ocio, también explora cómo la actividad de Airbnb influye en el mercado de la vivienda en la ciudad.
Publicado en el Journal of Hospitality and Tourism Management, el estudio realiza un análisis en varios niveles. Primero, examina el comportamiento de los anfitriones que han permanecido activos en la plataforma desde 2016 hasta 2022, incluyendo el período de la pandemia de COVID-19, un momento crítico para la movilidad y el turismo. El análisis también considera diferentes perfiles de anfitriones, evaluando sus características y diferencias según el número de propiedades disponibles. Una tercera dimensión del estudio es geográfica, donde se analizan las diferencias en comportamiento, estrategias y efectos sobre el mercado de la vivienda según el distrito urbano.
Soledad Morales señala que el análisis tridimensional proporciona una gran cantidad de información sobre la plataforma, permitiendo un análisis detallado. La metodología utilizada incluye redes neuronales, aprendizaje automático y análisis de grandes datos, y podría aplicarse en otras ciudades para realizar estudios comparativos en el futuro.
Los investigadores han identificado la importancia de varias variables que afectan el sector turístico, estableciendo una relación directa entre el comportamiento de Airbnb y el mercado de la vivienda en Barcelona. También han analizado las estrategias que los propietarios han utilizado para enfrentar el impacto de la pandemia en el turismo, que finalmente permitieron que Airbnb saliera fortalecida de la crisis.
Adaptación a la pandemia
El estudio destaca la relevancia de las «noches mínimas de estancia», la gestión activa de precios y la profesionalización como estrategias clave para adaptarse durante la pandemia. La crisis llevó a los anfitriones particulares a adoptar estrategias de precios dinámicos, que antes eran exclusivas de los anfitriones más profesionales y de los alojamientos de mayor valor. En 2020, los anfitriones redujeron precios para atraer turismo interno tras el confinamiento.
Los resultados muestran que, aunque los profesionales del sector de apartamentos turísticos fueron severamente afectados por la pandemia, también fueron los que más se beneficiaron durante la recuperación del turismo. Durante la pandemia, estos anfitriones redujeron más sus precios en comparación con los particulares, aunque sus tarifas medias seguían siendo más altas.
La práctica de exigir una estancia mínima mejoró la rentabilidad de los alojamientos y su tasa de supervivencia. Los anfitriones profesionales, que manejan múltiples propiedades, representaban más de un tercio de la oferta de alojamiento turístico en Airbnb en 2022.
Durante la pandemia, los precios de los alquileres cayeron en toda la ciudad, especialmente en las áreas más turísticas. Esta reducción y el aumento de disponibilidad impulsaron la demanda de usos residenciales en zonas céntricas, y fue una de las estrategias adoptadas por los propietarios para superar la crisis. Solo el 16% de los apartamentos se mantuvieron en la plataforma durante todo el período de estudio (2016-2022), lo que muestra la flexibilidad de los propietarios para cambiar entre alquiler turístico y residencial.
Soledad Morales explica que el estudio revela cómo Airbnb afecta al mercado de la vivienda en la ciudad, y cómo la transición de alojamientos turísticos a alquileres residenciales durante la pandemia fue una estrategia de adaptación clave. Aunque esta tendencia es evidente, es difícil de cuantificar debido a la complejidad del mercado de vivienda y la falta de datos abiertos.
Posibles prohibiciones
El estudio ofrece a las autoridades una nueva perspectiva sobre cómo opera Airbnb, sus estrategias de adaptación y su impacto en el mercado de vivienda urbana, influyendo en los precios del alquiler y la presión turística en los puntos clave de la ciudad. Esta investigación llega justo después de que el Ayuntamiento de Barcelona manifestara su intención de revocar las licencias de más de 10.000 pisos turísticos y erradicar esta práctica para 2030.
Morales opina que, aunque esta medida se ha considerado en ciudades como Nueva York, su implementación podría ser prolongada y enfrentar resistencia del sector turístico local. Ella sugiere adoptar una visión más amplia del problema, no demonizar el turismo como la única causa de los problemas residenciales, y abordar también el mercado de la vivienda. «Es necesario un debate profundo sobre el modelo de ciudad deseado, en el que el turismo se integre como un elemento transversal en una ciudad compleja y de proyección internacional,» concluye Morales.
Fuente: uoc.edu