Ulric: Dioses del Viejo Mundo

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En anteriores artículos ya hemos hablado de dioses. Hoy es el turno de Ulric, Dios de la guerra, de los lobos y del invierno. Uno de los dioses más antiguos, adorado por los habitantes y guerreros del Viejo Mundo. Su símbolo es el lobo gris plateado, y a veces aparece representado en este animal, aunque generalmente se le representa como un enorme guerrero, armado al estilo de los bárbaros que habitaban el Imperio hace varios siglos, vestido con un manto gris lobo con piel de plata, y blandiendo una enorme hacha.

Adorado por los guerreros y soldados, es el hermano de Taal, y representa la fuerza y el coraje. Es adorado, sobre todo, en la zona norte del Imperio, en las provincias de Nordland, Ostland y Middenland, destacando la ciudad de Middenheim (es el centro de su culto y la sede de Ar – Ulric, el Sumo Sacerdote de Ulric), pero su culto se encuentra en otras partes del Viejo Mundo.

Ulric_middenheim

El Ar – Ulric es un soldado con experiencia, con una fe inquebrantable hacia el dios Ulric y debe portar un hacha de poder. Es designado de forma vitalicia de entre los Sumos sacerdotes de la Orden del Lobo Aullante por sus iguales, y es una de las personas más influyentes e importantes del Imperio.

La ciudad de Middenheim está fuertemente protegida por los caballeros poderosos del Lobo Blanco, guerreros orgullosos y respetados. A esta ciudad se desplazan representantes de todas las tierras cuando un Ar – Ulric fallece.

Los días santos dedicados a esta deidad son el equinoccio de otoño, donde se celebra el Fin de Campaña, o fin de los brotes; el solsticio de invierno, donde se celebra el Hochwinter, o plenitud mundial; y el equinoccio de primavera, que celebra el Inicio de Campaña o los primeros brotes.

Ulric es un dios distante, duro e implacable, que espera que sus seguidores tengan fe ciega en sus habilidades para la guerra. Elogia el coraje, el valor individual y la ferocidad de sus seguidores. Desprecia la debilidad, la cobardía y el engaño.

Es el mejor ejemplo del honor y la franqueza. El engaño sólo es admitido en emboscadas de ataque o el uso de camuflaje. También está prohibido el uso de armas de pólvora o ballestas. La obediencia al Jefe Militar es obligatoria salvo que la orden dé lugar a la violación de alguno de los preceptos de Ulric.