El conflicto en Ucrania se intensifica una vez más, con el Ejército ruso lanzando un nuevo ataque masivo contra la red eléctrica del país durante la noche y la mañana del martes. Según reportes de medios locales, tres regiones en el oeste de Ucrania se encuentran prácticamente sin electricidad, lo que agrava aún más la situación humanitaria en el país.
La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha informado que los ataques han tenido como blanco no solo a la capital, Kyiv, sino también a las regiones de Jmelnitski y Yitómir. Además, se registraron daños significativos en hogares, infraestructuras energéticas y portuarias en localidades como Chernígov, Odesa y Sumy, provocando graves interrupciones en los servicios básicos. «Numerosas familias se preparan para afrontar el riguroso invierno sin electricidad en sus hogares», ha advertido OCHA a través de sus redes sociales.
Las consecuencias del asedio son devastadoras, especialmente para la niñez. UNICEF ha confirmado que un niño ha perdido la vida y otras tres personas han resultado heridas en el ataque. La falta de calefacción, agua y electricidad se ha vuelto una preocupación urgente, especialmente con la llegada del invierno. «Los niños se enfrentan a otro invierno difícil y aterrador: jóvenes vidas están amenazadas. Pongan fin a los ataques. Dejen que los niños vuelvan a ser niños», exhorta la organización en sus pronunciamientos.
Este repunte en la violencia ocurre tras un fin de semana marcado por un alto número de víctimas civiles y daños a infraestructuras críticas. Entre el 19 y el 22 de diciembre, las autoridades reportaron más de una docena de muertes y más de 70 heridos en distintos ataques, con Odesa siendo una de las regiones más afectadas. Los recientes ataques a las instalaciones de esta ciudad dejaron un saldo trágico de ocho muertos y 27 heridos, así como cortes de electricidad que han afectado a decenas de miles de ciudadanos.
Las evacuaciones desde las zonas de combate continúan, con aproximadamente 40 personas desplazadas hacia áreas más seguras en el óblast de Sumy en los últimos días. Desde junio, alrededor de 150,000 personas han abandonado las zonas de combate, incluyendo más de 16,500 niños. Sin embargo, las necesidades humanitarias en el país siguen superando con creces los recursos disponibles. Más de un millón de personas se encuentran sin acceso a agua potable y la financiación del llamamiento de 2,600 millones de dólares lanzado por la ONU está solo a la mitad, mientras que el conflicto continúa avanzando sin señales de tregua.
Fuente: ONU últimas noticias





