La misión de la ONU en Afganistán, conocida como UNAMA, ha denunciado haber recibido informes creíbles sobre la muerte de decenas de civiles, entre ellos mujeres y niños, durante ataques aéreos realizados por las fuerzas militares de Pakistán en la provincia de Paktika, este del país, el pasado 24 de diciembre. Esta situación ha despertado la preocupación internacional en torno a la seguridad de los civiles en el contexto del conflicto en la región.
El comunicado emitido por la ONU recuerda que el derecho internacional exige que las fuerzas militares adopten las precauciones necesarias para evitar daños a la población civil, así como para diferenciar entre civiles y combatientes durante sus operaciones. En este sentido, UNAMA subrayó la «necesidad de una investigación para garantizar la rendición de cuentas» y evitar la repetición de tales incidentes, al tiempo que se deben defender los derechos de las víctimas.
Desde el Fondo de la ONU para la Infancia, UNICEF, se ofrecieron condolencias a las familias afectadas, enfatizando que «los niños no son y nunca pueden ser un objetivo», y revelando que al menos 20 de los fallecidos en los bombardeos eran menores de edad.
Los ataques aéreos, según informaciones de prensa, estaban dirigidos contra militantes del grupo Tehrik-i-Taliban Pakistan (TTP), que opera de manera independiente, aunque guarda una relación de alianza con los talibanes que asumieron el control de Afganistán en agosto de 2021. A raíz de estos bombardeos, se reportaron al menos 46 muertes y múltiples heridos, extendiendo el impacto del ataque a refugiados de la región de Waziristán, de acuerdo con el ministerio de Defensa afgano. Este dramático episodio pone de manifiesto la complejidad de la situación de seguridad en Afganistán y las repercusiones que tienen los conflictos armados en la población civil.
Fuente: ONU últimas noticias