De repente el emperador oyó una voz que lo llamaba desde el otro lado de la estancia, salió de golpe de sus pensamientos de destrucción y contemplo como un emisario malherido se hallaba delante de él, le sangraba la rodilla y estaba flanqueado a ambos lados por soldados de la guardia real. El emperador corrio hacie el y le preguntó: ¿Qué a ocurrido Sentrio? ¿Donde están los demás?
-. «Muertos mi general, nos adentramos más de lo debido en el territorio Troll, todo bajo el firme proposito de poder ver a la criatura de la que todos los lugareños hablan. Decían que un inmenso monstruo con forma de Troll está reuniendo un ejército al otro lado de los desiertos del Caos, pero no es un ejército cualquiera, está compuesto en su totalidad por monstruo y horripilantes criaturas que los ojos de un humano nunca deberían ver».
Karl Franz entorno aun con más fuerza el mango de su martillo.
-. «La desgracia aconteció cuando refugiados ya justo delante de lo que parecia una enorme fortaleza derruida contemplamos como una manada de salvajes trolls se disponían a entrar dentro del castillo. En ese justo momento yo di la orden a mis exploradores de entrar, ¡Perdonadme emperador! ¡Perdonad mi vida, pues tengo mujer e hijos! Solo trataba de averiguar si era cierto la existencia de tal criatura descomunal».
-.Un Troll que piensa, susurraba el emperador. -Eso desafía todos los límites de la lógica y de lo natural, sin duda debe de tratarse de magia maligna del Caos, el Caos corrompe las mentes y los dioses juegan con sus esbirros y sus paladínes como si de titeres de juguete se tratasen.
No temas por tu vida mi querido Sentrio, solo hiciste lo que creias mejor para el Imperio.
¡soldado! Recluta a los maestros de la espada, alinea 4 regimientos de infanteria y disponlos a las puertas de la ciudad para esta tarde. Tenemos que averiguar que extraña criatura de origen antinatural se dispone a reunir tanto poder…
