Casi dos años después del inicio del conflicto, Sudán enfrenta la crisis humanitaria más grande y devastadora del mundo. La directora ejecutiva del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), Catherine Russell, hizo este anuncio durante una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, donde expuso que más de 30 millones de personas, casi dos tercios de la población del país, requieren asistencia vital este año. De esta cifra, 16 millones son niños que están sufriendo las consecuencias más severas de la crisis.
La economía, los servicios y la infraestructura de Sudán están al borde del colapso, y la hambruna se extiende en al menos cinco regiones, afectando a 1,3 millones de menores de cinco años. Russell destacó la falta de un sistema sanitario efectivo, advirtiendo que aproximadamente tres millones de niños en esta franja de edad corren el riesgo inmediato de brotes de enfermedades mortales como cólera, malaria y dengue. Además, cerca de 16.5 millones de niños en edad escolar no asisten a clases, lo que representa una generación perdida.
La titular de UNICEF subrayó la urgencia de una desescalada del conflicto y un acceso humanitario sin restricciones para combatir la hambruna y satisfacer las necesidades de millones de personas vulnerables. Sus declaraciones se basaron en testimonios desgarradores obtenidos durante su reciente visita al país, lo que acentuó la necesidad de acción inmediata. Russell también mencionó que su agencia sigue recibiendo informes alarmantes sobre violaciones graves de los derechos de los niños, incluyendo su reclutamiento y uso por parte de grupos armados.
Desde junio hasta diciembre de 2024, se reportaron más de 900 incidentes de violaciones a los derechos de la infancia, con un 80% de estos incidentes relacionados con asesinatos y mutilaciones, especialmente en regiones como Darfur, Jartum y Al Jazirah. La directora de UNICEF advirtió que estas cifras representan solo una parte de la realidad.
Además, el uso de armas explosivas ha proliferado, generando un impacto trágico en la infancia y poniendo en peligro tanto a la población desplazada como a los trabajadores humanitarios. La situación de impunidad absoluta ha permitido que los crímenes contra niños se realicen sin consecuencias, mientras que la violencia sexual se ha convertido en un método común de control social, afectando a 12,1 millones de mujeres y niñas.
La distribución de ayuda humanitaria enfrenta severos obstáculos, ya que las agencias de socorro a menudo carecen de los recursos necesarios y enfrentan constantes impedimentos para acceder a las zonas más afectadas. Russell comentó que más de 110 trabajadores humanitarios han sido asesinados, heridos, secuestrados o desaparecidos en el conflicto.
A pesar de estos desafíos, UNICEF continúa brindando asistencia donde puede, entregando suministros vitales y fomentando la resiliencia de las comunidades desplazadas. Russell subrayó la necesidad de un alto el fuego inmediato y la reanudación de un diálogo político que pueda poner fin al conflicto, pidiendo unidad al Consejo de Seguridad para proteger a los niños y garantizar la circulación segura de la ayuda humanitaria. Al finalizar su intervención, reafirmó el compromiso de UNICEF de proporcionar asistencia a todos los niños necesitados en Sudán y en países vecinos, solicitando apoyo crucial para esta misión.
Fuente: ONU últimas noticias