El gobierno de Estados Unidos ha notificado al Programa Mundial de Alimentos (PMA) el cese de la financiación de ayuda alimentaria de emergencia en 14 países, una decisión que podría tener consecuencias devastadoras para millones de personas que enfrentan hambre extrema. La agencia ha declarado que, si se implementa este recorte, se podría pronunciar una «sentencia de muerte para millones de personas». En respuesta, el PMA está en contacto con la administración estadounidense, solicitando aclaraciones e instando a mantener el apoyo a estos programas vitales que salvan vidas. Además, su personal continúa trabajando para proporcionar asistencia alimentaria a las comunidades más vulnerables en diversas partes del mundo, agradeciendo las contribuciones previas de Estados Unidos y otros donantes.
Mientras tanto, en la Franja de Gaza, los residentes han comenzado a experimentar una crisis humanitaria severa, tras más de un mes sin ayuda humanitaria debido a un bloqueo prolongado. La gran mayoría de la población ahora depende de la comida gratuita proporcionada por organizaciones humanitarias, pero la escasez de alimentos es crítica, con un grave desabastecimiento de harina y un cierre casi total de panaderías. Ahmad Al-Kafarna, un residente de Beit Hanoun, ha declarado que su situación se ha vuelto insostenible, ya que apenas puede alimentar a sus hijos una vez al día debido a la falta de recursos. Además, la escasez de agua potable y la carencia de medicamentos complican aún más la vida en la región.
Por su parte, en Myanmar, la situación también es alarmante. La población en la región central del país está lidiando con las secuelas de un devastador terremoto de magnitud 7.7, que ha dejado un saldo trágico de más de 3,500 víctimas mortales. Las primeras lluvias del monzón están complicando la situación, ya que muchas personas se ven forzadas a dormir al aire libre por miedo a que los edificios colapsen. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ha advertido que el sistema sanitario está completamente desbordado, incapaz de atender a la creciente cantidad de pacientes. La escasez de suministros médicos aumenta el riesgo de enfermedades, especialmente por el deterioro en los sistemas de agua.
Finalmente, Uganda se enfrenta a un incremento notable en el número de refugiados que llegan desde la República Democrática del Congo. Desde enero, más de 41,000 congoleños han cruzado la frontera, elevando el total de refugiados en el país a casi 600,000. ACNUR ha alertado de que estos aumentos en la llegada de refugiados podrían desbordar los recursos de Uganda, en un contexto de recortes de fondos. Los niños son los más afectados, con muchos llegando debilitados y con altas tasas de malaria y desnutrición. En centros de tránsito específicos, se han reportado muertes de niños debido a la anemia relacionada con la desnutrición en medio de esta crisis humanitaria.
Fuente: ONU últimas noticias