Estamos llegando al tramo final del festival y todavía quedan muchas películas interesantes por ver. Sin embargo, el agotamiento produce cierto desgaste a la hora de estar predispuesto para disfrutar del enfoque de ciertas películas de difícil clasificación. Demasiada intensidad para pocos días de certamen. Imaginaos la posibilidad de estar en un Buffet libre cuando no se tiene hambre, tal vez esa sea la sensación más parecida para describirlo. Y no es una queja, ¡dios me libre de tal sacrilegio!, aunque bien es cierto que ciertas películas se deben degustar en el momento adecuado. Esta introducción es simplemente una parte del balance general del certamen, porque el día de hoy ha ido de la siguiente manera:
“Tormented 3D”, atormentados por su guión.
Son las nueve y media de la mañana en la pequeña sala del Retiro. La poca gente que se encuentra en el recinto se dispone a ponerse las incómodas gafas 3D para ver la proyección de esta película Japonesa de la que poca información tenemos. Se oscurece la sala y se inicia la sesión: Un niño observa la agonía de un conejo en el colegio donde se encuentra y sin mediar palabra le estampa un piedrazo para matarlo. Su hermana que es muda pero es la que nos narra los acontecimientos en voz en off (¿?), explica que lo hizo para no ver sufrir al animal. Pero a partir de ese instante, el niño empezará a tener pesadillas desencadenadas con dicho incidente…unas pesadillas que arrastrarán al resto de su familia hasta lugares del pasado, que quedaron pendientes por resolver. Acabo de realizar una sinopsis de una película más interesante de lo que realmente es. Porque si una cosa tiene Takashi Shimizu, director de esta incoherente historia, es el poco respeto que le tiene al espectador de su infame film . Contiene el guión más tramposo que he visto en años, en un un intento de sorprender al espectador. Tal vez crea que su historia es sorprendente, pero todos los que nos encontramos en la sala nos sentimos estafados. ¡Que nos devuelvan nuestro tiempo perdido! Lo único rescatable de tan absurda narración, es que en unos primeros minutos, creímos encontrar un uso adecuado del innecesario 3D, ya que algunas imágenes oníricas quedaban realzadas con inteligente resolución, pero por lo visto su inspiración fue limitada ya que poco después, todo se volvió totalmente olvidable. Un desastre de sesión.
“Sector 7”, película Coreana al estilo Michael Bay.
Un grupo de trabajadores de una estación petrolífera en alta mar, se verán en una lucha por su supervivencia contra un monstruo marino. Kim Ji-hoon tiene que ser un hombre que sólo ha visto Blockbusters americanos. No creo que haya visto en su vida una película de tenga más de 30 años de antigüedad. Sector 7 tuvo enorme éxito en su lugar de origen aunque por estos lugares resulta cuanto menos risible. Aprovechando el buen sabor de boca que dejó aquella película titulada The Host, el director no tiene ningún reparo en imitar el mismo diseño de monstruo de la película de Joon-ho Bong,nos encontramos con un relato que revisa tantos clichés para cualquier cinéfilo estándar, que cualquiera puede marcharse de la sala y volver sin necesidad de preguntar a nadie que es lo que se ha perdido de la trama. Todo es tan sumamente exagerado, que la sensación bochornosa de estar viendo un refrito de ideas manidas, nos haga desear que el monstruo se devore incluso a su director. Por cierto, película en 3D que todavía intento comprender el porqué.
“Carré Blanc”, narrativa compleja para una historia cercana.
No voy a desvelar la moraleja de esta película. Tampoco es que sea novedosa, pero consigue que después del esfuerzo que requiere adentrarse en el universo del director francés Jean-Baptiste Léonetti, el film valga la pena. Una narrativa poco convencional que da sus frutos en el último tercio cuando nos hipnotiza en un imaginario desolador de un futuro sometido a unas reglas sociales en que la población las acepta o muere en el intento. Un film cargado de fuerte ironía social, donde las metáforas tienen su principal función. Apto para aquellos que deseen llegar a sus propias conclusiones.
“Red State”, ¿Quién dijo que era una película mala?…
La sorpresa del certamen ha llegado. Había leído por internet muchas malas críticas de esta película del sobrevalorado director Kevin Smith, que salvo alguna peliculilla que tampoco era para echar cohetes, poca cosa interesante había ofrecido al séptimo arte. Y creo que no soy el único que se va a poner a reivindicar este film, ya que en la sala Auditori (la más grande de todas) con Sold Out incluido, disfrutó de este film donde la mayoría de los asistentes esperábamos poca cosa. Tal vez sea por eso, por no tener las expectativas demasiada altas, que disfrutamos ante tal relato políticamente incorrecto. Si la química que se produjo entre los asistentes pudo llegar a influir en visionado del film, ese ya es otro tema. Pero lo que es seguro, que todos salimos con un buen sabor de boca de la proyección. Para gustos están los colores y este está escrito con el color rojo de sangre. Una grata sorpresa.
Mañana más, un abrazo a todos…