El próximo 8 de enero se cumplirá un año desde la caída del gobierno de Bashar Al Assad en Siria. Desde entonces, las autoridades interinas han tomado algunas medidas para abordar las violaciones de derechos humanos ocurridas en el pasado; sin embargo, los atropellos continúan, según lo manifestó este viernes la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos.
En una conferencia de prensa celebrada en Ginebra, el portavoz del Alto Comisionado resaltó que el nuevo gobierno ha establecido comisiones nacionales para la justicia transicional y las personas desaparecidas, además de crear organismos de investigación sobre la violencia en las zonas costeras y en Suweida. También se anunció un proyecto de ley sobre justicia transicional y se han iniciado juicios contra presuntos responsables de la violencia en las costas.
A pesar de estos avances, el portavoz alertó sobre la persistencia de ejecuciones sumarias, asesinatos arbitrarios y secuestros, especialmente dirigidos contra ciertos grupos comunitarios y personas acusadas de tener vínculos con el régimen anterior. Se estima que cientos de personas han muerto desde la caída de Bashar Al Assad, víctimas de ataques con armas de fuego, cuchillos y explosivos, muchos de ellos perpetrados por las fuerzas de seguridad interinas y grupos armados aliados.
Los abusos no cesan y se han documentado casos de violencia sexual, detenciones arbitrarias, saqueos, destrucción de viviendas, desalojos forzosos y confiscación de propiedades. La violencia parece estar afectando de manera desproporcionada a las comunidades minoritarias, incluyendo alauitas, drusos, cristianos y beduinos, un fenómeno influido por el creciente discurso de odio tanto en las redes sociales como en la vida cotidiana.
Adicionalmente, el portavoz denunció las operaciones militares israelíes en la región, que incluyen incursiones y ocupaciones de territorio, lo que ha resultado en víctimas civiles y arrestos. En cuanto a la integración de antiguos grupos armados en las nuevas fuerzas de seguridad, se ha realizado de forma precipitada, sin una adecuada investigación que garantice el respeto a los derechos humanos.
El portavoz subrayó la urgencia de implementar reformas en el sector de la seguridad para evitar que quienes cometan violaciones graves de derechos humanos formen parte de dichas fuerzas. La rendición de cuentas y la justicia son vitales; todas las violaciones deben ser investigadas de manera independiente y transparente, asegurando que los responsables enfrenten consecuencias.
La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos apoya los esfuerzos en Siria para establecer una justicia transicional inclusiva y fortalecer el Estado de derecho. Estas declaraciones coinciden con la visita histórica a Siria de una delegación del Consejo de Seguridad de la ONU, que buscó generar confianza y reintegrar a Siria en la escena internacional tras más de trece años de conflicto y un año de gobierno provisional.
Durante su estancia, los miembros del Consejo se reunieron con el presidente interino Ahmad al-Sharaa y diversos líderes civiles y religiosos, así como con comunidades afectadas por la violencia sectaria y personal de la ONU en el país. En este contexto, se reafirmó el compromiso de las Naciones Unidas para apoyar la soberanía, independencia e integridad territorial de Siria.
Fuente: ONU últimas noticias
