Roger Federer vuelve a la final de Wimbledon un año después de que Rafa Nadal le consiguiera vencer en un partido que quedará en la historia de este deporte, aunque en esta ocasio el rival no es el español, sino que un sorprendente Andy Roddick, que ha aprovechado muy bien el descanso de la temporada de tierra para reforzarse para este Grand Slam, que sobre el papel no tiene muchas esperanzas, pero confía en dar la sorpresa con su saque demoledor, como ya lo hizo en las semifinales ante Murray.
El tenista suizo quiere sumar su segundo Grand Slam de la temporada y poner un título más el record de tenista que más grandes ha conseguido, puesto que igualó con Roland Garros al mítico Pete Sampras, y para eso tiene que jugar como ante Tommy Haas, porque el alemán hizo uno de los mejores partidos de su carrera deportiva, tuvo la posibilidad de llevarse el primer set en el tie-break, pero tenía delante a Roger Federer, que no quiere que se le escape ningún torneo, y es que todavía no ha cedido un set en contra en Wimbledon.
El otro semifinalista dio la sorpresa y el disgusto a la afición, porque delante tenía al escocés Andy Murray y todo el mundo quería que su paisano se metiera en el gran final, pero Andy Roddick tuvo que sudar algo más que Federer, puesto que el partido se alargó a cuatro sets con dos tie-breaks, pero el estadounidense consiguió la victoria
