La digitalización y la automatización están transformando el panorama laboral global, impulsando nuevas medidas de salud y seguridad para los trabajadores. Un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) destaca que innovaciones como robots colaborativos, sensores inteligentes y realidad virtual están creando entornos laborales más seguros. Las máquinas están reemplazando a humanos en tareas de alto riesgo, ayudando a prevenir lesiones en industrias críticas como la minería, la agricultura y la construcción.
Aunque estas tecnologías aumentan la protección, el informe también subraya la necesidad de regular su uso para evitar la aparición de nuevos riesgos, como la vigilancia excesiva. Publicado el 28 de abril, coincidiendo con el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, el documento enfatiza la urgencia de identificar y controlar desde el inicio los peligros asociados a estas innovaciones.
En sectores industriales, los robots están asumidiendo funciones peligrosas, como la desactivación de explosivos y la manipulación de sustancias químicas peligrosas. En la agricultura, los drones están reduciendo la exposición de los agricultores a pesticidas nocivos. En el ámbito hospitalario, se han utilizado robots durante la pandemia para transportar pacientes y desinfectar áreas, minimizando el riesgo de contagio para el personal médico.
El informe también resalta el uso de exoesqueletos robóticos en la construcción y el sector salud, que ayudan a reducir el esfuerzo físico y a prevenir lesiones musculoesqueléticas. Además, dispone de dispositivos portátiles inteligentes que monitorean la salud del trabajador, como ropa y cascos con sensores que detectan caídas o exposición a condiciones peligrosas, alertando a los usuarios en tiempo real.
La realidad virtual se ha consolidado como una herramienta clave para la capacitación en situaciones de riesgo. Esta tecnología permite a los trabajadores enfrentar simulaciones de emergencias, como incendios o fugas químicas, sin poner en peligro sus vidas. Países como Qatar, Chile y Australia están implementando esta estrategia en su formación para inspectores de seguridad y obreros.
Sin embargo, la OIT advierte sobre los riesgos psicosociales asociados a la digitalización, que incluyen la vigilancia invasiva y el llamado «tecnoestrés», derivado de la presión por adaptarse a sistemas digitales en constante evolución. La ansiedad y la sensación de injusticia pueden surgir debido a la evaluación algorítmica del rendimiento laboral.
El informe también hace hincapié en que las mujeres y los trabajadores mayores enfrentan mayores desafíos para adaptarse a estas nuevas tecnologías, y los dispositivos a menudo no son diseñados para sus características físicas o necesidades específicas. Además, aquellos con menos acceso a la educación digital tienen un mayor riesgo de ser excluidos o reemplazados por máquinas.
La OIT sostiene que la integración de tecnologías digitales en la seguridad laboral debe estar guiada por principios de justicia social y participación de los trabajadores. Esto implica revisar las leyes laborales para incluir las nuevas modalidades de trabajo y promover formación adecuada, al tiempo que se garantiza el derecho a la desconexión.
Fuente: ONU últimas noticias