En el marco del debate anual sobre los derechos de las personas con discapacidad, Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ha señalado las paradojas que enfrenta esta comunidad ante el avance tecnológico. Aunque la tecnología ofrece oportunidades significativas, también presenta riesgos que pueden exacerbar la discriminación y el aislamiento. “En todas las regiones, las personas con discapacidad son discriminadas y descartadas; frenadas y reprimidas; infravaloradas y menoscabadas”, sostuvo Türk, resaltando que estas realidades chocan con el principio fundamental de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que establece que todas las personas nacen iguales.
Türk destacó la importancia de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, la cual busca promover la dignidad, autonomía e independencia de quienes forman parte de esta comunidad. Sin embargo, hizo hincapié en los riesgos asociados a la tecnología, que se pueden categorizar en dos tipos: el ciberacoso y la exclusión social. Según su análisis, el ciberacoso se convierte en una forma de violencia que puede propagarse de manera veloz, teniendo un impacto devastador en el bienestar emocional de las personas que lo padecen y perpetuando la exclusión social.
El concepto de “Nada sobre nosotros, sin nosotros” representa la necesidad de garantizar una participación significativa de las personas con discapacidad en el diseño y la implementación de tecnologías que les afectan. Türk manifestó que sin un enfoque inclusivo en la creación de productos y servicios, se corre el riesgo de reproducir las mismas dinámicas de exclusión de siempre. A esto se suma el hecho de que actualmente solo el 2% de los sitios web son accesibles para todas las personas, lo que limita el acceso a la información fundamental.
Sanja Tarczay, presidenta de la Federación Mundial de Sordociegos, se pronunció sobre el acceso a tecnologías de apoyo, enfatizando que este acceso no debe considerarse un privilegio, sino un derecho humano básico. En muchos países, especialmente en aquellos de ingresos bajos, las barreras económicas dificultan a las personas con discapacidad acceder a las herramientas necesarias para su vida diaria. Las soluciones tecnológicas deben ser accesibles, asequibles y de alta calidad, vinculándose no solo con la innovación, sino con conceptos más amplios de justicia y dignidad.
La gobernanza electrónica también fue un tema crucial en las discusiones, como ilustró Praveena Sukhraj-Ely, del Gobierno de Sudáfrica. Ella subrayó la importancia de involucrar a las personas con discapacidad en el desarrollo de sistemas tecnológicos, que reflejen sus necesidades y experiencias. A pesar de que iniciativas en Sudáfrica han avanzado en este sentido, Türk señaló que a nivel global, solo uno de cada cinco Estados miembros considera a las personas con discapacidad en la creación de programas relacionados con justicia y educación.
El debate también abordó la brecha de género en el acceso a la tecnología, que favorece desproporcionadamente a los hombres. Esta situación se ve agravada por la falta de accesibilidad, mostrando que las mujeres con discapacidad enfrentan barreras aún más altas en su búsqueda de igualdad y oportunidades laborales. Así, las mujeres siguen asumiendo la mayor parte del cuidado de personas con discapacidad, lo que resalta la urgencia de mecanismos de apoyo que consideren tanto la discapacidad como el género.
Por su parte, Nikki Lily, creadora de contenido, compartió su experiencia personal y la de los 72 millones de personas con discapacidades visibles. Lily, quien ha enfrentado ciberacoso y comentarios negativos sobre su apariencia, enfatizó la necesidad de que las plataformas tecnológicas adopten un enfoque inclusivo y responsable. La tecnología debe ser diseñada para reconocer las diferencias y asegurar que nadie quede excluido.
Finalmente, Türk concluyó que la verdadera barrera no son las deficiencias, sino la discriminación que enfrentan las personas con discapacidad. Para avanzar hacia una inclusión efectiva, es esencial colaborar con la sociedad civil y el sector privado, garantizando que las personas con discapacidad sean escuchadas y consultadas en todos los niveles de toma de decisiones.
Fuente: ONU últimas noticias