En un contexto donde la sostenibilidad se ha convertido en un requisito esencial, la Asociación Nacional de Centros y Proveedores de e-Learning (ANCYPEL) y el Consejo General de Colegios Oficiales de Químicos de España han presentado un informe pionero que analiza el impacto ambiental de la formación presencial frente a la formación online. Este estudio, titulado «Análisis medioambiental comparativo entre la formación presencial y la formación en remoto: huella de carbono como categoría de impacto de ambos tipos», revela datos significativos sobre la huella de carbono asociada a cada modalidad educativa.
El informe concluye que la formación online reduce las emisiones de CO₂ por alumno en un 79% en comparación con la modalidad presencial. Este hecho implica que un estudiante que asiste a clases en un centro físico genera cuatro veces más emisiones de gases de efecto invernadero que si estudia en remoto. Durante la presentación del informe, que tuvo lugar en la sede de la CEOE, destacados representantes de ambas organizaciones explicaron cómo se ha llegado a estas cifras.
El Dr. Carlos Mayo del Río, especialista en análisis de ciclo de vida y profesor universitario, detalló que la huella de carbono se desglosa en varias categorías, incluyendo las emisiones generadas por el transporte, la climatización y el uso de energía por dispositivos electrónicos. El componente de transporte se ha identificado como el factor más influyente en la huella de carbono. Según el análisis, mientras que el consumo energético total es mayor en entornos presenciales, al dividir este costo entre los alumnos, se obtiene que la huella individual en aspectos de climatización e iluminación es menor en la modalidad online.
La necesidad de integrar prácticas sostenibles en la educación es apremiante. En esta línea, Arturo de las Heras, presidente de ANCYPEL, enfatizó que la investigación no solo evalúa la sostenibilidad en términos de emisiones, sino que también destaca la capacidad de la formación online para democratizar el acceso a la educación. Esto se traduce en la eliminación de barreras relacionadas con el acceso físico a las aulas, horarios incompatibles o dificultades económicas.
Por su parte, Ricardo Díaz Martín, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Químicos de España, subrayó la innovación que representa este estudio, al ser uno de los pocos que analizan la huella de carbono en procesos educativos en lugar de enfocarse únicamente en la industria. Esta perspectiva podría marcar un cambio importante en cómo se entienden los impactos ambientales de las acciones diarias de los individuos.
El estudio fue realizado bajo los estándares internacionales de la metodología de Análisis de Ciclo de Vida (ACV), lo que respalda la validez y precisión de sus resultados. El informe proporciona a las instituciones educativas y a otros actores clave una base científica sólida para integrar la sostenibilidad en sus estrategias formativas, facilitando un futuro educativo más responsable con el medio ambiente.



