El otro día os pasámos la crónica del Gran Premio de Turquía, donde el equipo McLaren hizo un doblete histórico mientras que vimos cómo los principios más profundos del deporte cayeron en picado, después de que los pilotos Mark Webber y Sebastian Vettel, del mismo equipo, chocasen entre ellos.
Hasta hoy el equipo echó claramente la culpa al piloto australiano, ya que según ellos debería haber dejado paso a Vettel, aunque todos saben que el alemán no escogió el momento más adecuado ni el mejor sitio para adelantar a su compañero.
Igualmente, esto se suma a que es más o menos conocida el favoritismo ante el joven piloto alemán, que a pesar de haber demostrado su inexperiencia ha sido defendido en su propio equipo.
Hoy Christian Horner, director de Red Bull Racing, ha anunciado que el accidente fue sólo un incidente de carrera, nada más. Ya no se echan las culpas entre ellos, ni a nadie. Se valoran como equipo, y parece que de una manera u otra intentan dejar todo esto atrás.
