La necesidad de crear espacios más seguros y cardioprotegidos en España se ha vuelto una prioridad urgente. La instalación de desfibriladores y la formación en reanimación cardiopulmonar (RCP) son fundamentales para mejorar las tasas de supervivencia ante paradas cardíacas, que, según el informe «Muerte súbita y cardioprotección en España» de la Fundación Española del Corazón, se estiman en aproximadamente 30.000 casos anuales. Lamentablemente, la tasa de supervivencia sin secuelas en estos casos es solo del 10%. Esta cifra es alarmante, especialmente si se compara con Estados Unidos, donde la amplia disponibilidad de desfibriladores ha elevado la tasa de supervivencia a más del 50%.
El marco regulatorio en España ha avanzado lentamente desde la promulgación del Real Decreto 365/2009, que establece las condiciones para el uso de desfibriladores en entornos no sanitarios. Sin embargo, varias comunidades autónomas han tomado la delantera con normativas específicas que obligan a la instalación de desfibriladores en ciertos espacios públicos y privados. Por ejemplo, Madrid, la Comunidad Valenciana, Canarias, Castilla-La Mancha y Galicia han implementado decretos que regulan estas medidas y establecen la capacitación necesaria para su uso adecuado.
Quirón Prevención se ha convertido en un actor clave en la creación de espacios cardioprotegidos a nivel nacional. Esta empresa, especializada en la prevención de riesgos laborales, no solo impulsa la instalación de desfibriladores, sino que también ofrece formación especializada en RCP para que más ciudadanos estén capacitados para actuar en situaciones de emergencia. El uso de un desfibrilador en los primeros minutos de una parada cardíaca puede aumentar las posibilidades de supervivencia hasta en un 90%, lo que subraya la importancia de estos dispositivos.
Contar con desfibriladores semiautomáticos y formación adecuada puede transformar drásticamente las estadísticas de supervivencia. Un informe de la Sociedad Española de Medicina Intensiva Crítica y Unidades Coronarias revela que, sin desfibrilador ni RCP básica, la tasa de supervivencia ante paradas cardíacas es solo del 6%. Sin embargo, con la combinación adecuada de desfibriladores y formación, esta cifra puede ascender al 20%.
La inversión para crear espacios cardioprotegidos es relativamente baja en comparación con el valor de salvar una vida. Quirón Prevención aboga por una normativa que iguale la obligatoriedad de la presencia de desfibriladores a la de extintores, un objetivo alcanzable que podría haber evitado la pérdida de vidas en numerosos centros que han experimentado tragedias como estas.
La labor de Quirón Prevención es esencial para concienciar a la sociedad sobre la cardioprotección. A través de su blog «Prevenidos» y diversas iniciativas, la empresa ofrece información valiosa sobre cómo convertir cualquier espacio —como colegios, universidades, polideportivos y parques— en un lugar seguro y cardioprotegido. La colaboración de la sociedad es crucial para enfrentar este desafío y salvar vidas.