Las primera manifestaciones poéticas canarias fueron los ROMANCES, que naturalmente fueron traídos por castellanos y andaluces , así como los distintos pueblos que realizaron el mestizaje canario.
Se cree que fueron las abuelas peninsulares las que dormían a sus nietos canarios al son de los romances y coplas traídas de su tierra. Tambien los hombres en sus ratos de ocio, se distraían con este tipo de poesía, que arraigó tanto a nivel popular que ha llegado a nuestros días, y todavía hoy la forma más utilizada para cantar un hecho ocurrido, es a través del socorrido romance.
Entre ellos son muy famosos “El Romance del Conde Olinos”, “Las tres cautivas” “Me casó mi madre”, etc.
También es justo reconocer como muestra de poesía anónima, las famosas “Endechas a la muerte de Guillén Peraza” conquistador de la Gomera y la Palma, que hasta en la actualidad ha sido tema para una canción del grupo musical Los Sabandeños y que comienza así: Guillén Peraza, Guillén Peraza do está tu escudo do está tu lanza……
Los ROMANCES se utilizan actualmente en el típico y conocido «baile del tambor»en la Isla de la Gomera (mi isla natal)
El primer gran autor de la Literatura en general y de la poesía en particular en Canarias, fue sin lugar a dudas el cánonigo de Gran Canaria,
Bartolomé Cairasco de Figueroa (1538 – 1610). Este gran poeta se rodeó en su tiempo de las personas más cultas de entonces y llegaron a formar grupo ya preocupados por dar un perfil literario a las Islas, entre los que destaca uno de los primeros poetas tinerfeños, Rodrigo Núñez de la Peña, nacido en La Laguna.
La otra figura capital de esta época es Antonio de Viana (1578-1650), nacido en La Laguna – Tenerife y conocedor y admirador de la obra de Cairasco, de quien tomó algunos de sus temas y los llevó a dimensión épica. Su obra más importante es Antigüedades de las Islas Afortunadas (1604), obra distribuida en dieciséis cantos en los que se narran, principalmente, los hechos de la conquista de la Isla de Tenerife.