Después de más de una semana sin agua, electricidad ni alimentos, la ciudad de Suweida, en el sur de Siria, recibió un convoy con ayuda humanitaria el domingo, según informaron las agencias de la ONU. Este alivio es crucial para una población que ha estado privada de bienes y servicios esenciales debido a la violencia interétnica y los bombardeos israelíes, que se suspendieron gracias a un alto el fuego.
El convoy, compuesto por 40 camiones de la Media Luna Roja Siria, transportó alimentos, suministros médicos, agua potable y combustible. Entre los bienes enviados se incluían raciones listas para comer para 15.000 personas y 30 toneladas de harina de trigo, con el objetivo de reiniciar la producción de pan en dos panaderías locales, tal como anunció el Programa Mundial de Alimentos.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios destacó que la operativa se llevó a cabo en un entorno de severas dificultades de acceso y seguridad. Además, se tiene programado el envío de un segundo convoy desde Damasco en los próximos días.
Sin embargo, la calma que se vive en la región es frágil. La semana pasada, se produjeron violentos enfrentamientos entre milicias drusas, que tienen a Suweida como su bastión histórico, y beduinos sunitas. Esta explosión de tensiones comunales, alimentada por la llegada de combatientes árabes de otras regiones, ha sido avalada por un despliegue de fuerzas de seguridad nacional, que muchos drusos interpretan como un intento de intimidación.
A pesar de un acuerdo de alto el fuego firmado el 19 de julio, que busca estabilizar temporalmente la situación y contempla la evacuación de grupos armados, la incertidumbre persiste. Este brote de violencia ha puesto en riesgo la relativa estabilidad lograda en el país desde la caída del gobierno de Bashar al-Assad en diciembre pasado y amenaza la autoridad del presidente interino Ahmed Al-Sharaa.
La Organización Internacional para las Migraciones reportó que más de 128.000 personas han huido de sus hogares en solo una semana, destacando que el 19 de julio se registraron 43.000 desplazamientos en la provincia de Suweida. La OCHA también informó que más de 93.000 desplazados han buscado refugio en las gobernaciones vecinas de Daraa y los suburbios del gran Damasco.
A pesar de la urgencia en la respuesta humanitaria, los esfuerzos se ven obstaculizados por la inestabilidad. Las operaciones humanitarias a gran escala carecen de un acceso físico seguro, complicando aún más la situación. La destrucción ha dejado fuera de servicio el sistema de suministro de agua, lo que ha llevado a los hospitales y centros de salud de la ciudad a un colapso total. Las condiciones en Suweida continúan deteriorándose, con una grave escasez de alimentos, agua y medicinas, y la presencia de cadáveres sin enterrar, lo que incrementa el riesgo de epidemias en la zona.
Fuente: ONU últimas noticias
