La reciente DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que azotó España ha subrayado la imperiosa necesidad de revisar y modernizar las infraestructuras del país. Este fenómeno climático extremo provocó inundaciones que afectaron a miles, cuestionando la capacidad de las estructuras existentes para resistir eventos cada vez más intensos debido al cambio climático. En este contexto, la escuela EADIC, líder en formación técnica, destaca como esencial la preparación de expertos para afrontar estos desafíos y promover infraestructuras sostenibles y resilientes.
El deterioro de infraestructuras clave, como carreteras y canales, se atribuye en gran parte a la falta de mantenimiento preventivo, un problema que amplifica los efectos de los fenómenos climáticos. La necesidad de formación adecuada en la gestión de emergencias se hace evidente, y EADIC enfatiza la importancia de una enseñanza que combine conocimientos avanzados, innovación tecnológica y sostenibilidad.
Incrementar el presupuesto para mantenimiento y modernización es fundamental para garantizar la resiliencia de las infraestructuras, con un enfoque especial en la adaptación al cambio climático, la mejora de la movilidad y conectividad, y la protección del patrimonio cultural. Las herramientas tecnológicas como BIM, IoT e inteligencia artificial son vistas como esenciales para transformar el diseño y gestión de las construcciones, permitiendo anticipar y mitigar riesgos y optimizar recursos naturales.
El reciente Congreso SABIC en Madrid sirvió como un foro para discutir el futuro del sector de la construcción en el contexto del cambio climático. La integración de diseño sostenible y tecnología fue destacada como clave para el desarrollo de infraestructuras más eficientes y resistentes.
Ricardo Carramiñana, CEO de EADIC, señala que la formación de profesionales capaces de construir un futuro más sostenible y seguro es central para la institución, centrada en pilares como BIM, Inteligencia Artificial, Sostenibilidad y Construcción Industrializada. Este enfoque no solo busca mitigar el impacto de futuros desastres naturales, sino también posicionar a España como líder en construcción sostenible y resiliente ante los desafíos del cambio climático.