Posminimalismo: arte en proceso

Ya habíamos hablado del arte que imperaba en Estados Unidos e Inglaterra en la década de los 60. Se trata de los minimalistas y su reacción a la subjetividad imperante en los años anteriores; donde la emoción es la protagonista con su máxima representación en el expresionismo abstracto.

obra minimalista, Morris

La misima «Less is more» (menos es más) de Mies Van der Rohe era uno de sus lemas y de ahí la utilización de materiales y colores industriales, esenciales, poco manejables. Podían tener relación, o herencia, de movimientos europeos anteriores, como el neoplasticismo o el constructivismo ruso, pero, a diferencia de estos, en el minimalismo impera el antiilusionismo, la literalidad, el no transfondo social ni mensaje. Se trata de la negación del equilibrio compositivo de estos movimientos precedentes, donde parten de los estandar, de la sencillez, de lo repetible…

Contestación al arte minimal:

Del minimalismo puro avanzamos poco a poco al arte en proceso o arte procesual, nuevos contenidos antiformalistas y la desmaterialización de la obra de arte.

Michael Fried, duro crítico de arte, criticó las maneras minimalistas de trabajar siempre sometidos a un espacio concreto. Crear la obra en función del espacio. Los tachó de poco modernos y demasiado teatrales, siendo en este momento la negación del arte.

Mientras los minimalistas buscaban obras estéticamente innovadoras y extrañas, en este nuevo método se le da mayor importancia a las cualidades esenciales del arte. Así, el objeto cobra de nuevo protagonismo frente a la idea. El objeto frente al concepto.

Nauman

El espectador cobra fuerza, dejando atrás su concepción de mero observador. El arte en proceso lo reivindica como parte de la obra y resta importancia al espacio expositivo.

Estas reflexiones dieron lugar a bastantes formas de arte que podemos englobar en posminimalismo, siendo un todo muy variado, con diferentes ideas, atistas y vertientes que iremos viendo poco a poco.

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