La implementación de la inteligencia artificial (IA) en las organizaciones se ha convertido en un tema candente, con muchos invirtiendo recursos significativos en iniciativas que, sin embargo, arrojan rendimientos lineales. Un sorprendente 85% de los proyectos de IA no logran alcanzar producción en 2024, una estadística inquietante que refleja un desafío común en el sector. A pesar de este alto porcentaje de fallos, existen formas de convertir esos rendimientos lineales en un crecimiento exponencial.
Se pueden identificar tres pilares críticos que diferencian las implementaciones exitosas de IA: la ventaja de rapidez, la capacidad de respuesta ante el mercado y la velocidad de innovación. La rapidez se refiere a la agilidad para implementar, prototipar y escalar soluciones de IA, mientras que la capacidad de respuesta implica la adaptación continua de los sistemas de IA a las condiciones cambiantes del mercado. Finalmente, la velocidad de innovación se centra en la mejora y evolución constante de las capacidades de la organización.
Un fallo común en muchos enfoques es tratar los proyectos de IA como desarrollos de software tradicionales, lo que lleva a una acumulación de deuda técnica y a la ineficiencia. Un análisis de un caso en el mercado medio reveló que los costos de ingeniería de ocho proyectos de IA sumaron casi 700,000 dólares, pero el 60% del tiempo de ingeniería se perdió en coordinación y burocracia, lo que resultó en casi 8 millones de dólares en productividad extraviada. Esta forma de operar crea cuellos de botella que frenan la velocidad de innovación.
Ante estas dificultades, surge un enfoque colaborativo que transforma la construcción y optimización de la IA en las organizaciones. En lugar de desarrollar proyectos de forma aislada, se propone construir una plataforma unificada con componentes reutilizables y patrones de integración que escalen a lo largo de toda la organización. Aunque se requiere una inversión inicial mayor, los retornos pueden ser exponenciales.
Este enfoque colaborativo se apoya en cuatro pilares: la ingeniería como infraestructura organizativa, empoderar a los expertos en el dominio del negocio, crear una fuerza laboral nativa de IA y la optimización en el mismo día. Cada uno de estos pilares contribuye a un aumento en la eficiencia y velocidad, permitiendo a las organizaciones responder rápidamente a los cambios del mercado.
La implementación de este cambio lleva tiempo y depende de diversos factores, como el entorno regulador y la complejidad organizativa. Sin embargo, es vital que las empresas no solo se centren en la tecnología, sino que también gestionen el cambio, la formación y el empoderamiento de toda la fuerza laboral en la transformación hacia la IA.
Las organizaciones que están logrando el éxito con la IA no son las que tienen los equipos de ingeniería más grandes, sino aquellas que han encontrado la manera de derribar muros entre la experiencia del dominio y la ejecución de la IA. Permitirse salir de un ciclo de planificación trimestral y adoptar un enfoque más dinámico es fundamental para desbloquear el potencial exponencial que ofrece la inteligencia artificial.
vía: AI Accelerator Institute