En las primeras semanas de la administración de Trump, se han observado una serie de decretos ejecutivos ampliamente cuestionables y, por algunos analistas, posiblemente inconstitucionales. Estas medidas han comenzado a tener consecuencias devastadoras, especialmente en lo que respecta a los derechos digitales. Entre estos decretos, uno de los más preocupantes se centra en la restricción de herramientas de libertad que las personas de todo el mundo utilizan para salvaguardar su seguridad, privacidad y anonimato.
El decreto, denominado «Reevaluación y Realineación de la Ayuda Exterior de los Estados Unidos», ha llevado al Departamento de Estado a suspender de inmediato sus contratos con cientos de organizaciones tanto en Estados Unidos como en el extranjero. Estas organizaciones, que previamente contaban con apoyo a través de programas administrados por el Departamento de Estado, desempeñan un papel crucial en el desarrollo de tecnologías de libertad que utilizan criptografía y combaten la censura, así como en la protección de la libertad de expresión y la privacidad de millones de personas.
Aunque el Departamento ha emitido algunas excepciones limitadas, estas no parecen extenderse a las tecnologías libres de Internet, lo que ha obligado a numerosos proyectos a detenerse o reducir drásticamente su trabajo. Esto ha resultado en despidos y una paralización en el desarrollo de herramientas esenciales que ayudan a las personas a enfrentar la censura.
Entre las tecnologías afectadas se encuentran el Proyecto Tor, que permite a los usuarios navegar por Internet de forma segura y anónima; el Guardian Project, que desarrolla herramientas de privacidad y software de código abierto; y el Observatorio Abierto de Interferencia en Redes (OONI), que mide la censura en Internet a nivel global. También se menciona la aplicación Save del Open Archive, diseñada para ayudar a los usuarios a archivar de manera segura sus medios digitales.
La comunidad espera que la suspensión del apoyo a estas herramientas y tecnologías de libertad se deba únicamente a un desliz temporal y que se reintegren los fondos necesarios para su desarrollo. Estas herramientas son vitales en el apoyo a personas que trabajan por la libertad en países como Irán, Venezuela, Cuba, Corea del Norte y China. Ayudan a evitar la censura, proteger la libertad de expresión, documentar abusos a los derechos humanos y mantener la privacidad y el anonimato, lo que, en muchas ocasiones, puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.
El financiamiento del gobierno de EE. UU. es crucial para que estas organizaciones puedan realizar el trabajo difícil pero esencial de desarrollar y mantener herramientas técnicas complejas y ponerlas a disposición de aquellos que más las necesitan. La eficacia de estas herramientas depende de un apoyo continuo por parte de personas dedicadas y talentosas.
Es difícil imaginar que este trabajo no se alinee con las prioridades del gobierno de EE. UU. bajo cualquier administración, especialmente una que enfatiza su compromiso con la lucha contra la censura y el apoyo a tecnologías digitales que emplean técnicas similares de protección de la privacidad y el anonimato. Por ello, se hace un ferviente llamado a la nueva administración para que restaure el apoyo a estas críticas herramientas de libertad en Internet.
Fuente: EFF.org