Un terremoto de 6,3 grados de magnitud sacudió el norte de Afganistán en la madrugada de este lunes, resultando en al menos 20 muertos y más de 500 heridos, según reportes preliminares. El terremoto ocurrió dos meses después de otro devastador sismo que afectó el este del país. Ante la emergencia, los organismos de la ONU se movilizaron rápidamente hacia la región afectada para llevar asistencia a la población.
El personal de las agencias está trabajando en conjunto con las autoridades locales para facilitar operaciones de rescate y ayudar a los damnificados. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud, anunció que los equipos de primera respuesta de la OMS ya se encuentran en la zona atendiendo a los heridos. Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos también está colaborando con la respuesta de emergencia y evaluando las necesidades de las comunidades afectadas.
El sismo, que tuvo lugar cerca de la ciudad de Mazar-i-Sharif, causó el derrumbe de edificios mientras muchas personas dormían. Imágenes difundidas en redes sociales muestran a transeúntes caminando entre los escombros de la histórica Mezquita Azul, centro de culto para musulmanes chiitas.
La provincia más afectada fue Samangan, conocida por su terreno montañoso; sin embargo, las evaluaciones aéreas iniciales indican que los daños son más leves de lo previsto. Richard Trenchard, coordinador humanitario de la ONU en Afganistán, aseguró que las observaciones aéreas en las zonas pobladas han mostrado poca devastación en comparación con los devastadores efectos del terremoto en Kunar hace unas semanas.
El nuevo desastre sobrevino después del sismo de magnitud 6,0 del 31 de agosto, que causó la destrucción de miles de viviendas y desarraigó a cientos de miles de personas en Kunar. La OMS ha declarado que lo que comenzó como una emergencia ha evolucionado en una crisis de desplazamiento, con familias que enfrentan condiciones sanitarias preocupantes en asentamientos temporales.
Las familias desplazadas no tienen acceso a agua potable y sufren de dificultades para acceder a servicios de salud adecuados, particularmente las mujeres, quienes enfrentan barreras debido a la falta de personal femenino. Las necesidades de salud materna y neonatal siguen siendo críticas después del sismo de agosto, y los recortes en la ayuda humanitaria han afectado diversos programas de salud.
Actualmente, las Naciones Unidas se enfocan en posicionar suministros, movilizar equipos de vigilancia para prevenir brotes de enfermedades y reparar hospitales dañados. A pesar de la alta actividad sísmica en la región, la infraestructura del país no está adecuadamente preparada para enfrentar tales desastres.
Fuente: ONU últimas noticias



