Nueva decoración y nuevos platos en La Morenilla, uno de los restaurantes más virales de la capital

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Nueva decoración y nuevos platos en La Morenilla, uno de los restaurantes más virales de la capital

En pleno barrio de Chamberí se encuentra el conocido restaurante La Morenilla. Un local que ha sorprendido desde su apertura de principio a fin. Con dos estancias completamente diferenciadas, pero con un punto de conexión entre sí. Un ambiente familiar, acogedor y tradicional en la primera estancia y, en contraposición, en la segunda estancia, toda la diversión, espectáculo y fantasía que se puede encontrar en una réplica exacta de una feria convertida en restaurante.

La decoración del lugar es única, con elementos que evocan una auténtica feria clásica. Al tren de la bruja, la noria, el tío vivo y la mesa con columpios suspendidos en el aire se le suma otra incorporación que hará sentir al comensal en una auténtica fiesta: una increíble mesa en forma de pato en la que dentro se verán pequeños patitos de goma, simulando aquel juego de feria en el que el premio era cazar el mayor número de patitos posibles. Esta propuesta es una fantasía tanto para niños por la novedad, como para mayores por la nostalgia de aquellos días de feria.

Además de esta original incorporación en el decorado, La Morenilla también ha renovado su oferta gastronómica, sumando nuevos platos clásicos de la comida tradicional mediterránea, pero con toques modernos y cosmopolitas. Entre las novedades destacan el gazpacho de frambuesa, las sabrosas albóndigas con ñoquis fritos y, como novedad en los postres, una riquísima tarta fina de manzana con helado de vainilla.

Su cuidada carta sigue ofreciendo la sabrosa «Burger princess La Cerda», con carne mechada de cerdo a baja temperatura (12 horas) con salsa barbacoa al whisky, queso de cabra, rúcula y cebolla crujiente. También se podrá seguir disfrutando de su singular falso risotto de setas, su fideuá del mar con chipirón y ajonesa, el lomo alto de vaca vieja y el rabo de vaca en lasaña. En cuanto a los postres, sigue estando disponible su única y sorprenderte bomba de chocolate con helado de vainilla y peta zetas.

Todo esto rodeado de una feria en su máximo esplendor, con un tren de la bruja donde cada vagón es una mesa completamente decorada, una noria que dentro alberga una mesa, una reproducción exacta de un tío vivo donde se podrá comer, una zona de columpios suspendidos en el aire donde los comensales también podrán cenar e incluso una zona de circo con una simulación de jirafa que entra por una ventana.