La situación en Líbano se ha vuelto crítica, con un millón de personas que requieren asistencia humanitaria tras ser desplazadas por los recientes bombardeos israelíes. Las agencias de la ONU han emitido una alarmante advertencia sobre el creciente número de personas afectadas por el conflicto, que ha dejado a muchos sin hogar y en condiciones de extrema vulnerabilidad.
El Programa Mundial de Alimentos ha comenzado a distribuir raciones alimenticias a 150.000 personas y también proporciona ayuda en efectivo; sin embargo, su representante en Líbano, Matthew Hollingworth, ha destacado que esta asistencia debe incrementarse considerablemente para poder atender a casi un millón de personas diariamente. Hollingworth enfatizó que «es imposible atender las necesidades de más de un millón de personas que se han visto repentinamente desarraigadas, desplazadas y desposeídas» sin un aumento significativo en los recursos disponibles.
Las condiciones en los albergues temporales, donde más de 300.000 personas han encontrado refugio, son precarias, y muchos no cuentan con las instalaciones adecuadas. Además, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ha informado que 250.000 individuos ya han cruzado a Siria en busca de seguridad. El miedo y la pérdida de seres queridos son factores que están llevando a la población a huir: «La gente está extraordinariamente asustada», manifiestan las agencias de ayuda.
El impacto emocional de esta crisis no puede subestimarse. Hollingworth mencionó que «el trauma mental y físico es clave en esto», haciendo referencia a los meses de exposición a la violencia en Gaza, que han dejado profundas huellas en la población.
En paralelo, la situación en Gaza es igualmente alarmante. Recientes ataques han dejado al menos 56 muertos en las últimas horas, mientras el Ejército israelí avanza hacia la ciudad de Jabalia, en el norte, donde la Oficina de Coordinación de la Ayuda Humanitaria advierte que la crisis humanitaria se agrava. Las zonas residenciales están siendo atacadas, los hospitales están siendo evacuados y el suministro de electricidad está interrumpido. Las instalaciones médicas y otros servicios esenciales están al borde del colapso, exacerbando la difícil situación para los civiles que quedan atrapados en medio del conflicto.
Por otro lado, la llegada del huracán Milton a Florida representa una nueva preocupación para un estado que aún se recupera de los efectos del huracán Helene. Con vientos que superan los 250 km/h, los meteorólogos advierten que este es un fenómeno que se intensifica rápidamente, un patrón cada vez más común debido a las temperaturas elevadas del mar que alimentan estos sistemas. La Organización Meteorológica Mundial ha calificado la situación como una «amenaza muy seria».
En Haití, la violencia y el crimen organizado siguen desbordándose en el país. El Alto Comisionado para los Derechos Humanos ha hecho un llamado a la plena aplicación del embargo de armas para frenar la escalofriante ola de violencia, que ha cobrado miles de vidas y forzado desplazamientos masivos. Volker Türk, encargado de la organización, subrayó que «las armas no se fabrican en Haití» y que su país sufre las terribles consecuencias de un conflicto que tiene raíces en el tráfico de armas desde el extranjero.
Fuente: ONU últimas noticias
