El primer ministro de Nepal ha dimitido este martes en medio de una crisis política desencadenada por la violenta represión de protestas juveniles que han dejado al menos 19 muertos y cientos de heridos. Las manifestaciones, que comenzaron el lunes bajo el lema «protesta de la Generación Z», estallaron en respuesta a la corrupción, el nepotismo y las restricciones a las redes sociales en el país.
Los disturbios se intensificaron rápidamente tras la agresiva respuesta de las fuerzas de seguridad. Los relatos indican que la mayoría de las víctimas mortales eran jóvenes manifestantes que fueron alcanzados por disparos de la policía. Muchos heridos fueron hospitalizados en estado crítico. A lo largo del día, las protestas se extendieron a nivel nacional, afectando edificios gubernamentales, entre ellos el Parlamento en Katmandú, y causando incendios en oficinas de partidos políticos.
La situación llegó a tal extremo que se reportó que el primer ministro fue evacuado en helicóptero de su residencia oficial, mientras su renuncia fue anunciada poco después. Además, varios ministros y parlamentarios han presentado su dimisión en señal de protesta por la forma en que se manejaron las manifestaciones, lo que ha agravado la inestabilidad política en el país.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos mostró su preocupación por la escalada de violencia y condenó el uso desproporcionado de la fuerza contra los manifestantes. En un comunicado, instó a las autoridades y a los manifestantes a buscar un diálogo para abordar las preocupaciones de la población. También expresó su inquietud por la violencia que ha surgido de algunos grupos de manifestantes, incluyendo ataques a edificios públicos y agresiones a altos funcionarios del gobierno.
Stéphane Dujarric, portavoz de la ONU, reafirmó el deseo del Secretario General de ver una resolución pacífica de la crisis, instando a las autoridades a respetar las leyes internacionales de derechos humanos y a garantizar que las protestas se desarrollen de manera pacífica. La ONU también ha hecho un llamado urgente para investigar cualquier uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades.
Las protestas de este martes marcan un significativo hito en un contexto ya creciente de movilización juvenil en Nepal, donde los jóvenes han estado exigiendo responsabilidades a la clase política. Las demandas de los manifestantes incluyen el fin de la corrupción y el nepotismo, así como un mayor acceso a la información y la libertad de expresión.
La comunidad nepalí en el extranjero también ha mostrado su solidaridad organizando manifestaciones en diversas ciudades del mundo. A medida que la crisis continúa, el equipo de la ONU en Nepal ha reiterado su disposición para apoyar el diálogo y las medidas que puedan contribuir a calmar las tensiones, destacando que la estabilidad a largo plazo dependerá de abordar las causas fundamentales de las queja de los ciudadanos.
Fuente: ONU últimas noticias