Rafa Nadal tuvo mucha suerte ayer por la tarde, cuando se veía contra las cuerdas en las semifinales del US Open ante Andy Murray apareció la lluvía, por lo que el árbitro no tuvo más remedio que suspender el encuentro, dejándolo para hoy a las 22 de la noche hora española.
El tenista manacorí no paraba de mirar al cielo, estaba esperando que algo pasara, que lloviese o que la humedad caída sobre la pista fuera tan grande que no se pudiera continuar el encuentro, y eso precisamente es lo que le intentaba decir al juez de silla cuando le dijo que pisara las líneas, que no se podía seguir, que resbalaban mucho, y eso que en esos momentos no había comenzado a chispear.
Así que en el descanso del quinto juego del tercer set, comenzó a caer las primeras gotas de aguas, y con ellas la suspensión de un encuentro que había comenzado dos horas y cuarenta y cinco minutos antes, y que reflejaba un claro marcador para el escocés Andy Murray con dos sets a cero a su favor, 6-2 y 7-6, y con un tercer set con un break a favor de Nadal, pero sin el sentimiento que podía ir a más, de hecho el manacorí no se paraba de dar golpes las piernas a ver si se movían como de costumbre.