Una cinta fácil y mal doblada, como siempre es la vuelta a las pantallas del director de Bienvenido al Norte. Fácil, caricaturesca y ni si quiera divertida.
Larga, lenta y con actuación sobreactuada. Una idea original que no han sabido convertir en un largo entretenido.
El fin de las fronteras a causa de la Eurozona obliga al belga antifrancés Vandervoorde a trabajar junto con un «gavacho» en la primera brigada internacional, pero lo peor está aún por llegar… el gavacho no sólo será su compañero si no su cuñado. Un drama de andar por casa para una película también de andar por casa