Permitan que os cuente una historia que me ocurrió (tiene parte real y de ficción,aviso).
Era yo joven, tenía una novia llamada Flavia. Nos iba bien, pero nuestra relación se habia estancado, habia entrado en la rutina. A nivel de pareja tenía todo lo que se podía desear; así que como hombre ambicioso empecé a desear tener todo pero con otra mujer, Mercedes se llamaba. Tuve que dejar a Flavia; por que Mercedes se me insinuaba demasiado y no soy hombre de jugar a tres bandas.
Pensé que con Mercedes tendría incluso mejor relación que con Flavia y me equivoqué. Mercedes no me daba el mismo trato, no teniamos los mismos gustos y aficiones, y además tonteaba demasiado con otros. Yo que soy hombre de una sola mujer; empecé a pasarlo mal; incluso comencé a llamar a Flavia para contarle mis problemas y ella me escuchaba, me atendía y me aconsejaba… Flavia, muy inteligente ella; me dijo que por qué la habia dejado, si nadie podría ofrecerle lo que ella me habia dado, que aún estaba a tiempo. A fin y al cabo, donde hubo fuego siempre quedan cenizas.
Dejé el tormento de Mercedes, que no estaba preparada para una relación conmigo. Y volví con quién nunca tenia que haberlo dejado: Mi novia Flavia. Aunque hay una «pelirroja» a la que tengo echado el ojo, que actualmente tiene novio, los hombres somos asi… pero eso es otra historia para el futuro.
