El último informe de UNICEF ha revelado que el 21% de las mujeres jóvenes de América Latina y el Caribe, con edades comprendidas entre los 20 y 24 años, se casaron o formaron una unión antes de cumplir los 18 años. Esta cifra es preocupante, ya que en la región, el matrimonio infantil a menudo adopta la forma de uniones informales en las que las niñas cohabitan con sus parejas. A pesar de que a nivel global se han realizado avances significativos en la reducción de la prevalencia del matrimonio infantil, en América Latina y el Caribe no se han observado mejoras en los últimos 25 años.
Mientras que a nivel mundial la tasa de matrimonios infantiles ha disminuido de una de cada cuatro a una de cada cinco niñas, este progreso ha sido principalmente beneficioso para aquellas que provienen de familias más adineradas. Este fenómeno no solo es una violación de los derechos de las niñas, sino que también es tanto causa como consecuencia de embarazos no deseados en adolescentes. Aunque la tasa de natalidad entre adolescentes ha mostrado una tendencia a la baja desde 1995, las tasas en América Latina y el Caribe siguen superando la media global, siendo particularmente alarmantes las cifras en el grupo de menores de 15 años.
A pesar del contexto desalentador con respecto al matrimonio infantil, el informe de UNICEF presenta una nota positiva al señalar que las tasas de finalización de estudios secundarios en la región son bastante altas, alcanzando un 84%.
En otro ámbito, la situación de violencia en el Catatumbo, Colombia, ha alcanzado niveles alarmantes, afectando a casi 92,000 personas debido a los enfrentamientos entre Grupos Armados No Estatales. Este conflicto ha forzado a más de 56,000 personas a abandonar sus hogares, desencadenando una crisis humanitaria de gran escala. Aunque se han reportado mejoras en la presencia de la Fuerza Pública en la zona, el aumento de acciones armadas ha dejado a muchas comunidades, especialmente a niños y jóvenes, en situaciones de riesgo.
En Gaza, la Oficina de Derechos Humanos ha denunciado el continuo sufrimiento del pueblo palestino, resaltando que ataques indiscriminados contra civiles constituyen crímenes de guerra. Desde el inicio de un cese al fuego el 19 de enero, la violencia no ha cesado, con reportes de muertes de civiles, incluidos niños, mientras se enfrentan a un bloqueo que impide la entrada de asistencia humanitaria.
Asimismo, Burundi enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes a raíz de la llegada de más de 63,000 refugiados de la República Democrática del Congo, lo que ha colapsado su capacidad de respuesta. Este flujo de personas ha incrementado la presión sobre un país que ya estaba lidiando con desafíos significativos y que ahora demanda asistencia urgente para poder afrontar esta situación sin precedentes. La realidad de una madre que huyó con su recién nacido tras dar a luz, ejemplifica el sufrimiento humano que está en el centro de esta crisis.
Fuente: ONU últimas noticias
