Con el cierre del año, muchas personas realizan un balance personal y profesional que invita a la reflexión. En el ámbito de la creación literaria, este tiempo de evaluación se convierte en una oportunidad para revisar procesos, aprendizajes y establecer nuevos objetivos. La escritora María San José afronta este periodo como una culminación de una etapa en su trayectoria literaria y el inicio de una nueva fase marcada por la introspección y la búsqueda de nuevos proyectos.
María San José ha encontrado en la escritura una herramienta fundamental para su expresión y análisis personal. Su obra literaria se caracteriza por una mirada introspectiva y una atención meticulosa a los procesos vitales que constituyen la experiencia humana. La autora afirma que escribir no solo es un acto creativo, sino también una forma de ordenar las vivencias, darles un sentido y transformarlas en narración.
Para San José, el cierre del año es un punto de inflexión en su trayectoria. Lo percibe no como un final, sino como un paso natural que proporciona perspectiva y permite abordar nuevos proyectos con claridad y madurez creativa. Su enfoque se basa en la observación y el respeto por los ritmos propios de la creación, alejándose de la inmediatez típica de la cultura contemporánea. Prefiere optar por una escritura reflexiva y consciente, donde el valor del texto radica tanto en su contenido como en el proceso que lo genera.
De cara al nuevo año, la escritora está dispuesta a desarrollar nuevas líneas de trabajo que le permitan explorar diferentes temas, formatos y enfoques. Este inicio de ciclo se presenta como una oportunidad para experimentar y consolidar su voz literaria. En un contexto saturado de velocidad y sobreproducción de contenidos, María San José sostiene que el acto de escribir es un proceso que invita a la reflexión y a la permanencia. Su visión sitúa la palabra escrita en el centro de su actividad creativa, sirviendo como trampolín para los nuevos capítulos que comienzan con el año.
