En el universo Warhammer se producen miles de batallas cada día. Batallas que no se ganan solas, y en las que se pueden ver una infinidad de máquinas de guerra de todas las clases combatiendo las unas con las otras, y cada una tiene un punto diferente.
Y es que cada unos utilizan una estrategia diferente para librar la guerra, pudiendo salir mejor o peor. De modo que hoy en Martillo de Guerra, os hemos querido traer las tres máquinas de batalla más letales según nuestro criterio. Ahí van…
- La Rueda de la Muerte: Esta máquina es una de las más letales que pueden existir en el universo Warhammer. Y es que no se trata de una máquina de batalla corriente, es mucho más que eso. Se trata de una rueda enorme que va empujada por ratas gigantes, como si fuese la rueda de un hamster. Pero además tiene otra pequeña ayuda, y es que lleva una piedra bruja que transmite una energía increíble a modo de generador. La Rueda de la Muerte fue inventada por un Ingeniero Brujo, que actúa en cada batalla siendo el capataz de la rueda, sentado sobre una silla alta, como si fuera un juez de tenis y armado con una pistola Warplock.
- Girocóptero: Los Girocópteros son unas máquinas de batalla voladoras, que van impulsadas por un motor que funciona con un vapor ligero muy contaminante. Son increíblemente rápidos para aterrizar y despegar de manera vertical, e incluso pueden flotar en el aire para atacar a sus enemigos. Su artífice fue un Ingeniero Enano, debido a que los enanos viven en altas montañas y tienen una diminuta estatura. Con los girocópteros aumentaron sus capacidades en la batalla de manera notable. Se dice que el ingeniero lo creó inspirándose en los dragones que bajaban de las montañas planeando.
- Gran Cañón: El gran cañón es el cañón más letal y más grande que se ha construido en la historia de Warhammer. Creado en el Imperio, sus artífices son los ingenieros de la Escuela de Artillería de Nuln. Estos cañones son más grandes que los que utilizan los enanos o cualquier especie. La única nota negativa, es que no son fiables al 100% si no se han realizado con todo detalle, pudiendo llegar a explotar hiriendo a los mismos cañoneros.
