El 17 y 18 de septiembre, Líbano y Siria fueron escenario de unos ataques devastadores que causaron la muerte de al menos 37 personas, incluidos dos niños, y dejaron más de 3,400 heridos en Líbano. El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, expresó su consternación por la amplitud de estos ataques, los cuales, según informes, fueron atribuidos a Israel. Durante una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad, Türk resaltó su horror ante el impacto en la población civil y la nueva táctica de guerra que estos incidentes representan.
Türk destacó que estos ataques convierten herramientas de comunicación en armas mortales que pueden detonar en mercados y calles durante la vida cotidiana, lo que ha generado un miedo generalizado entre los ciudadanos libaneses. Las autoridades han desmantelado dispositivos sin explotar en lugares como universidades, bancos y hospitales, lo que añade a la presión en un contexto ya volátil, marcado por una prolongada crisis económica que afecta al país.
El Alto Comisionado enfatizó que la guerra tiene reglas que deben ser respetadas, subrayando que los ataques indiscriminados a civiles violan los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, constituyendo crímenes de guerra. Türk instó a llevar a cabo una investigación exhaustiva e independiente sobre las explosiones y a que sus autores rindan cuentas ante la justicia.
El trasfondo de estos ataques se inserta en un nuevo ciclo de hostilidades entre Israel y Hezboláh, que desde octubre de 2023 ha dejado unas 500 víctimas en Líbano y 48 en Israel, además de 110,000 desplazados. Türk también vinculó esta violencia con la situación en Gaza, donde la crisis humanitaria se agrava y miles de personas han perdido la vida desde el inicio de las hostilidades.
La situación en Líbano fue calificada como alarmante por la secretaria general adjunta para Asuntos Políticos de la ONU, Rosemary DiCarlo, quien advirtió del alto riesgo de que el ciclo de violencia se expanda, lo que podría amenazar la estabilidad de no solo Líbano e Israel, sino de toda la región. Tras los ataques, el líder de Hezboláh advirtió que Israel ha cruzado “todos los límites y líneas rojas”, prometiendo represalias, mientras que el presidente de Irán reveló que su embajador en Líbano fue lesionado durante las explosiones.
Con el aumento de tensiones, expertos temen que la situación podría escalar hacia una conflagración regional, que podría ser más devastadora que los sufrimientos previamente experimentados. Sin embargo, se destacó que todavía existe la oportunidad de abordar esta crisis a través de la diplomacia, instando a todas las partes a cumplir con la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU. Esta resolución busca establecer un alto el fuego permanente y asegurar el respeto a la soberanía de Líbano, lo que es más urgente que nunca en este clima de creciente violencia.
Fuente: ONU últimas noticias
