Lecciones de María Schenkel

Lecciones de María Schenkel 5

Cuando leí un artículo en el Volkskrant sobre la escritora alemana, María Schenkel, 44 años, me quedé en estado meditativo.  De simple ama de casa y madre de tres niños, se ha convertido en poquísimo tiempo en una sorpresa literaria.  Nació en Regensburg y escribe desde niña.  En 2004 entregó un manuscrito de la novela «Tannöd«.  Dos años más tarde fue publicada en número limitado por una pequeña editora.  Los críticos y lectores convirtieron la obra en un bestseller, ganando el Deutscher Krimi Preis 2007 (mejor novela nacional de crimen), el Friedrich Glausr-Preis y el Corine Preis.  Se está discutiendo el contrato de filmación.

A María Schenkel le fascina el género crimen y suspenso, y acostumbra leer los libros de atrás hacia adelante.  «Algunas veces también he empezado en el medio y luego he leído en ambas direcciones».  Es una locura, piensan algunos, pero para la autora es interesante, porque leyendo de esta manera se da cuenta de cómo el autor ha armado la historia.

La novela Tannöd (el año 2008 será publicada en el inglés bajo el nombre «The Murder Farm») está basada en un crimen verdadero ocurrido en 1922 en el villorrio Hinterkaifeck de Beieren, donde una familia de seis miembros apareció degollada.  El autor nunca fue encontrado.  La escritora se trasladó a la escena del crimen y conversó con los pobladores; luego de seis meses de investigar en archivos, periódicos y todo lo referente a lo acontecido, empezó a escribir la novela, ambientándola en la década de los ´50 con un toque fictivo.  Schenkel: «me parece infinitamente más interesante enfocar una hisotria desde diferentes perspectivas.  No sólo cambia de forma, sino que también capta la atención.  El lector está más involucrado, debe sobrepesar una información subjetiva contra otra, evaluar las relaciones entre personajes y situarlas contra el fondo del tiempo.  La televisión es para el consumidor simple, al lector le gusta cavilar, examinar.  Hay magia en jugar con la realidad y cruzarla con la imaginación».

Schenkel no necesita escribir 500 páginas o más para contar su historia.  Tannöd tiene 127 páginas, y su segunda novela, Kalteis, 157.  Es cuestión de decir mucho en pocas palabras.  En eso se esfuerza antes de entregar su manuscrito.  La primera versión es tosca, sin puntos ni comas, lee de nuevo, realiza una primera corrección, y luego lee en voz alta cuatro o cinco veces.  «Si lees en voz alta, escuchas mejor las voces y también te das cuenta de qué frases están huecas.  El idioma es música, lee y escucha la melodía, debe ser fluída». Luego, deja el texto a un lado, empieza a trabajar página por página, haciendo cambios, leyendo en voz alta, y ese procedimiento vuelve a repetirlo hasta quedar contenta.  El resultado es que sus manuscritos no son acortados por la editorial.

Espero que este artículo nos ayude a todos a producir más libros, y a los que todavía no hemos publicado uno, nos sirva de empujón para debutar.   

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