En los últimos años, diversos gobiernos alrededor del mundo han comenzado a implementar opciones de identificación digital. Esto ha llevado a que se promuevan esfuerzos para que las empresas en línea adopten requisitos de verificación de identidad y edad, teniendo en cuenta el uso de identificaciones digitales. Tal enfoque ha cobrado relevancia, especialmente en el contexto de las medidas de verificación de edad que los responsables de políticas están abordando en Estados Unidos y otros países.
La implementación de tecnologías que requieren a las personas verificar su identidad para acceder a contenido apropiado para su edad se está convirtiendo en una norma. Sin embargo, la realidad es que muchos ciudadanos no cuentan con documentación gubernamental física, como una licencia de conducir o un pasaporte. Esta situación se complica con factores que afectan la validez de estas identificaciones, como cambios de dirección o la expiración de documentos, lo que lleva a que muchas personas se encuentren en un limbo en el que su identificación puede ser inexacta o inválida.
Las identificaciones digitales prometen solucionar problemas de fraude de identidad en servicios gubernamentales y comerciales, pero también plantean preocupaciones sobre la protección de la privacidad de quienes utilizan estos sistemas. La aceptación de identificaciones digitales por parte de organismos estatales y federales se basa en la rápida accesibilidad, la prevención del fraude y la conveniencia. Sin embargo, la implementación de estos sistemas como medio de verificación en línea podría obstaculizar el acceso a asistencia pública y otros servicios en lugar de facilitarlo. En este sentido, la eficacia de las protecciones legales es tan crucial como la misma existencia de las identificaciones digitales.
Una de las propuestas más interesantes en este contexto es el uso de Pruebas de Conocimiento Cero (ZKPs, por sus siglas en inglés). Esta tecnología permite verificar la información de identificación sin necesidad de compartir el documento o detalles explícitos. Al proporcionar un resultado que confirma si un individuo es mayor o menor de edad sin revelar información personal, los ZKPs pueden ser un avance significativo en términos de privacidad. Algunas grandes empresas tecnológicas, como Google, han anunciado su intención de integrar ZKPs en sus procesos de verificación de edad.
Sin embargo, esta solución no es perfecta. Los ZKPs no limitan el abuso por parte de los verificadores ni restringen la cantidad de información que pueden solicitar. Además, las empresas aún pueden recopilar otros tipos de datos personales mientras los usuarios interactúan con ellas. Esto plantea preocupaciones sobre el hecho de que introducir más verificaciones de edad podría expandir el ecosistema de intercambio de información, en lugar de proteger la privacidad de los usuarios.
El desafío radica en encontrar un equilibrio entre garantizar la seguridad en línea y proteger la privacidad individual. La verificación obligatoria de edad puede transformar las beneficios potenciales de las identificaciones digitales y las soluciones propuestas por los ZKPs en mecanismos que podrían inhibir la libertad de expresión. Por tanto, es imperativo que se aborden las preguntas críticas sobre los desequilibrios de poder y el potencial abuso por parte de quienes realizan la verificación. Sin las protecciones adecuadas, la implementación de estos sistemas no debería avanzar. Un enfoque más centrado en la privacidad del usuario y un debate continuo sobre estas cuestiones son necesarios para encontrar soluciones efectivas que vayan más allá de la simple verificación de edad.
Fuente: EFF.org