Las «moscas» hacen poco ruido, pero…

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Se fue Raúl López y vinieron las derrotas. Hace dos semanas iba a escribir un artículo sobre la increíble racha del Real Madrid, que parecía no tener fin. Pero una «mosca» que tenía detrás de la oreja me susurraba que el Akasvayu Girona acabaría con la hazaña blanca. Esa misma «mosca» me insinuaba que el Madrid podía empezar a perder partidos como quien come mazapanes por estas fechas. Maldita (o bendita) «mosca»: el Real Madrid ha perdido hoy su segundo partido ante el Pamesa Valencia. Si quieren saber porqué y tienen paciencia lean el artículo entero.

Lo que le estaba sucediendo al Real Madrid nadie lo tenía en su guión escrito a principio de temporada. Era más bien una labor de pos-producción, rematada casi al final por unos cuantos expertos, que insinuaban que el Madrid lo ganaría todo. Por mi parte, no me he cansado de repetir en varios blogs que por muchos partidos de liga regular que ganara el Madrid; no ganaría ni la Copa, ni mucho menos la liga; ¿será la dichosa «mosca» de nuevo?

Tanto la plantilla como la forma de jugar del equipo dirigido por Joan Plaza, no están hechos para ganar partidos importantes, me explico. El repartir equitativamente minutos a la ligera entre sus jugadores, te viene bien para reducir cansancio e inspirar confianza en jugadores faltos de ella, pero a la hora de la verdad es otra cosa.

Si además, tenemos en cuenta que la mayoría de los 13 partidos ganados de manera consecutiva se han decidido en el último cuarto, con el factor suerte como actor secundario, empiezan las dudas.

La hora de la verdad que me refería hace dos párrafos son los partidos clave, donde se decide quién corta el bacalao. Para que nos entendamos: los play-offs. No es lo mismo jugar en noviembre un partido intrascendente ante Barça o Tau, que un partido de Copa del Rey ante esos equipos (con grandes plantillas) donde te juegas el ser o no ser. En ese tipo de partidos, el reparto de responsabilidades de Joan Plaza actúa en su contra, y no cualquier jugador es capaz de jugarse el o los balones importantes.

Análisis a parte, esta noche el Real Madrid perdió su segundo partido consecutivo, y fuera de casa, ante el Pamesa Valencia, por 87-79. También son verdad dos factores: el Pamesa jugó como nunca y el Madrid llegaba con las bajas de Mumbrú; Hamilton y Raúl López (el principal artífice de la racha blanca).

Llegamos al mismo punto, en un partido de play-off donde una victoria decanta de un lado u otro la eliminatoria, le puede salir todo al equipo contrario (como sucedió hoy), o lo que es peor, no salirte nada a ti (que pasará).

Aunque lo que más he echado en falta en estas dos derrotas del equipo blanco ha sido las ansias con las que han jugado los trece envites anteriores. Antes, veías un partido del Real Madrid, y la (ya tan citada) «mosca» olía que el partido se lo iban a llevar por muy igualado que estuviera con el tiempo a cero. Ante Akasvayu y Pamesa pasó todo lo contrario: por muchas canastas inverosímiles de Bullock y rebotes que cogiera Reyes, sabías que el Madrid iba a perder.

No voy a entrar en los análisis estadísticos de los comentaristas de La2 (Creus en concreto), porque demuestran su obviedad e ignorancia: que si el Madrid dejó de ser la mejor defensa de la liga o ya no es quien más tiros libres lanza. Ignoraremos que da hasta pena, escuchar cómo se les ve tan descaradamente el plumero a quienes dicen ser «comentaristas». ¿Cómo pueden decir que la jugada de Charles Smith faltando dos minutos no fue pasos de salida? Por favor…

No quiero anticipar nada, ni ser gafe (algunos me acusarán de ello); pero casualmente la mala racha ha venido con 13 victorias. Lo digo principalmente, porque es mi número, y siempre me ha dado buena suerte (hasta ahora). Pero es que la siguiente jornada el Real Madrid se enfrenta ya en Vistalegre, al DKV Joventut. ¿Seguirán con el 13?