En 2023, la Unión Europea experimentó una notable disminución en su suministro de gas natural, alcanzando los 12,8 millones de terajulios (TJ), según datos preliminares. Esta cifra representa una caída del 7,4% en comparación con 2022, marcando el valor más bajo desde 1995.
Las reducciones fueron aún más agudas en el suministro de carbón. El carbón pardo disminuyó un 24,2%, situándose en 222.840 millones de toneladas, mientras que el carbón duro cayó un 20,4%, hasta llegar a 130.437 millones de toneladas. Ambos datos son los más bajos registrados desde el inicio de las series de datos.
En cuanto al suministro de petróleo y productos derivados, la cantidad total fue de 526.862 mil toneladas, lo que representa una disminución del 1,5% en comparación con el año anterior.
Por otro lado, el suministro de energías renovables aumentó un 4,4% con respecto a 2022, alcanzando aproximadamente los 10,9 millones de TJ en 2023.
Estos datos provienen de las recientes publicaciones de Eurostat sobre energía. Los hallazgos forman parte de un artículo más detallado sobre la producción e importaciones de energía.
En cuanto a la electricidad, en 2023 la energía renovable se posicionó como la principal fuente en la Unión Europea, representando el 44,7% de toda la producción eléctrica. Las energías renovables generaron 1,21 millones de gigavatios-hora (GWh), registrando un incremento del 12,4% en comparación con 2022.
Por el contrario, la electricidad generada a partir de combustibles fósiles disminuyó un 19,7% comparado con el año anterior, contribuyendo con 0,88 millones de GWh, es decir, el 32,5% de la producción total de electricidad.
Las plantas nucleares produjeron 0,62 millones de GWh, lo que representa el 22,8% de la producción energética de la UE y un aumento del 1,2% en 2023.
Estos datos subrayan una clara tendencia hacia la adopción de fuentes de energía más limpias, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles y aumentando la participación de las energías renovables en el mix energético de la Unión Europea. Esta transformación energética refleja un esfuerzo significativo hacia objetivos de sostenibilidad y reducción de las emisiones de carbono en el continente.
