Tras un ligero retraso sobre el horario previsto, el nuevo cohete Vega-C de la ESA se ha lanzado este miércoles con éxito desde el puerto espacial europeo en Kurú, en la Guayana Francesa, a las 15:13 h (hora peninsular española). Este vuelo inaugural, denominado VV21, ha durado unas 2 horas y 15 minutos, desde el despegue hasta la liberación de la carga útil y la combustión del motor de la etapa superior.
Vega-C presenta unas capacidades enormemente superiores a las de su predecesor Vega, aumentando el rendimiento desde 1,5 a 2,3 toneladas en una órbita polar de referencia de 700 km. La carga útil principal ha sido LARES-2, el satélite de una misión científica de la Agencia Espacial Italiana (ASI) que se ha colocado en su órbita prevista. También se han transportado seis CubeSats de investigación de Francia, Italia y Eslovenia como cargas útiles secundarias.
La masa total de la carga útil en el momento del despegue era de aproximadamente 474 kg: 296 kg correspondían al LARES-2 y el resto a los CubeSats, los adaptadores de carga útil y las estructuras de transporte.
El nuevo lanzador integra una primera etapa más potente, P120C, basada en la P80 de Vega. Se trata de un nuevo motor que prestará un doble servicio, con dos o cuatro unidades que actuarán como propulsores acoplados para el futuro Ariane 6. Compartir este componente mejora la eficiencia industrial y la rentabilidad de ambos lanzadores. Por encima, se encuentra una nueva segunda etapa, Zefiro-40, seguida por la misma tercera etapa Zefiro-9 que se utiliza en Vega. También se mejora la etapa superior reutilizable: AVUM+, que tiene mayor capacidad de combustión líquida para llevar las cargas útiles a múltiples órbitas en función de los requisitos de la misión y para permitir un mayor tiempo de funcionamiento en el espacio, posibilitando misiones más prolongadas.
Con sus etapas principales más grandes y su carenado de mayor tamaño —que duplica el volumen de la carga útil en comparación con Vega— Vega-C mide 34,8 metros de altura, casi cinco más que Vega. La nueva configuración del lanzador ofrece una mejora significativa en la flexibilidad del sistema de lanzamiento. Vega-C puede poner en órbita satélites más grandes, dos cargas útiles principales o dar cabida a diversas disposiciones para misiones de viaje compartido. El próximo vehículo de retorno a la Tierra Space Rider de la ESA será lanzado a órbita con Vega-C.
El director de Transporte Espacial de la ESA, Daniel Neuenschwander, encargado de supervisar las operaciones de lanzamiento desde el control de la misión en el puerto espacial, ha destacado: “Hoy inauguramos una nueva era de soluciones de lanzamiento europeas, que comienza con Vega-C y se complementará con Ariane 6”.
Respecto a las cargas útiles, la trayectoria orbital precisa de LARES-2 será seguida por láser desde estaciones terrestres. El objetivo es medir el efecto de ‘arrastre del marco de referencia’, una distorsión del espacio-tiempo ocasionada por la rotación de un cuerpo enorme como la Tierra, según predijo Einstein en su teoría de la relatividad general. Su predecesor, el similar LARES, fue la principal carga útil en el vuelo inaugural de Vega realizado en 2012.
De los seis CubeSats, tres son italianos: AstroBio CubeSat probará una solución para detectar biomoléculas en el espacio, Greencube lleva a cabo un experimento para cultivar plantas en microgravedad, y ALPHA pretende ayudar a comprender los fenómenos relacionados con la magnetosfera de la Tierra, como las auroras boreales y australes.
Otros tres CubeSats, Trisat-R (Eslovenia), MTCube-2 (Francia) y Celesta (Francia), estudiarán los efectos de un entorno de radiación severa en los sistemas electrónicos.
En paralelo al inicio de las operaciones de Vega-C, el trabajo de desarrollo continúa. Otra variante, Vega-E, ofrecerá a partir de 2026 una arquitectura simplificada al sustituir tanto la tercera como la cuarta etapa de Vega-C por una nueva etapa superior criogénica. La clave de Vega-E radica en el motor M10, fabricado en Europa, que utiliza combustibles más sostenibles desde el punto de vista medioambiental —oxígeno líquido criogénico y metano— y además cuenta con un avanzado sistema de control de la presión que permite efectuar múltiples paradas y reinicios en el espacio. El contratista principal, Avio, ha finalizado recientemente su primera serie de pruebas de fuego.
Este vuelo inaugural VV21, que ha sido gestionado por la ESA, propietaria del programa Vega-C y que supervisa su desarrollo, allana el camino para el inicio de su explotación por parte de Arianespace y Avio. El desarrollo de Vega-C se acordó en la reunión ministerial que en 2014 mantuvieron los estados miembros de la ESA que participan en este programa: Austria, Bélgica, República Checa, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Países Bajos, Noruega, Rumanía, España, Suecia y Suiza.
Fuente: Agencia Sinc