El 25 de diciembre, un avión que transportaba a 67 personas desde Baku, Azerbaiyán, hacia Grozni, Rusia, se estrelló en el oeste de Kazajistán, cerca de Aktau, dejando un saldo de hasta 38 víctimas fatales, según informaron las autoridades locales. Los supervivientes de este trágico accidente lograron abandonar la aeronave una vez que aterrizaron.
La aerolínea azerbaiyana explicó que el avión había sido desviado de su ruta original debido a la neblina. Imágenes captadas por testigos en tierra muestran que la aeronave se incendió al intentar un aterrizaje de emergencia. Actualmente, se está investigando la causa del siniestro, y se espera que la información contenida en la caja negra del avión, ya recuperada, proporcione claridad sobre los sucesos que llevaron al accidente.
Entre las víctimas se encuentran ciudadanos de Azerbaiyán, Kazajistán, la República Kirguisa y la Federación de Rusia. El Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, lamentó profundamente el siniestro y ofreció sus más sinceras condolencias a las familias de los fallecidos, así como su solidaridad con las naciones afectadas por la tragedia. También deseó una pronta recuperación a los heridos en el trágico incidente.
La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) expresó su tristeza por la pérdida de vidas en el accidente del vuelo 8243 de Azerbaijan Airlines, calificándolo de “trágico”. Además, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) manifestó su abatimiento ante el accidente y se unió a las condolencias hacia todas las familias afectadas, ofreciendo su apoyo en este difícil momento.
Fuente: ONU últimas noticias
