Luis Alberto de Cuenca es uno de esos poetas cuyo melódico nombre parece haber paseado por todos losoídos. Sin embargo, es singular el hecho de que al preguntar, muchos reconozcan no haber leído una obra completa suya. Tal vez algún poema suelto incluido en alguna antología moderna o en alguna revista literaria, o tal vez, presidiendo algún post de un bloguero descarriado.
Hoy quiero recomendar un poemario magnífico de dicho autor. Se trata de La vida en llamas, una obra de ochenta poemas fabulosos separados en siete bloques magníficos: Carteles de cine, Lieder, Haikus, Crónica de sucesos (no se pierdan La muñeca,ni tampoco La mujer sin cabeza),…
Una poesía que, a veces, circunvala la prosa poética y a veces la atraviesa de lleno en pos de un verso cotidiano y auténtico. Llama la atención la ironía brillante que ilumina su obra, la seductora inteligencia con que esquiva la seriedad de lo literario y lo convierte en algo real y tangible. La voz bribona con que entona el tema del amor. Y el sexo. Todo con una piel epigramática pero sin perder la profundidad ni la gravedad que merecen temas como la violencia de género o la soledad. Así puedes sonreír levemente en los seis primeros versos y rompérsete el gesto de pronto en los dos últimos.
En palabras de Javier Letrán, “la obra de Luis Alberto de Cuenca ha dibujado una de las trayectorias más significativas del panorama poético español del último fin de siglo”.
Por cierto, y a modo anecdótico, La vida en llamas es Premio ciudad de Melilla 2005.
Espero que se animen y lo disfruten como yo lo he hecho.