En Mississippi, los usuarios de las plataformas sociales Bluesky y Dreamwidth han quedado excluidos del acceso a sus cuentas, un hecho que resalta las preocupaciones sobre la censura derivadas de una nueva ley de verificación de edad en el estado. Ambas plataformas decidieron bloquear el acceso de todos los usuarios en Mississippi para evitar posibles multas severas bajo esta estricta normativa.
La ley en cuestión, conocida como H.B. 1126, había sido bloqueada previamente por un tribunal federal, pero la Corte Suprema levantó la suspensión el mes pasado, lo que permite su entrada en vigor mientras se resuelve un desafío constitucional más profundo. Organizaciones defensoras de los derechos en internet, como la Electronic Frontier Foundation (EFF), han argumentado que esta ley infringe derechos fundamentales, compromete la privacidad y obliga a las plataformas a implementar sistemas de vigilancia invasiva que amenazan la anonimidad de los usuarios.
Los legisladores han presentado estas leyes de verificación de edad como medidas necesarias para hacer frente a los problemas generados por las grandes empresas tecnológicas, sin embargo, en la práctica, estas regulaciones tienden a perjudicar a las plataformas más pequeñas que no pueden afrontar los altos costos de cumplimiento. A medida que la ley de Mississippi entró en efecto, la situación se ha vuelto clara: las leyes de verificación de edad favorecen a las grandes compañías tecnológicas y excluyen a comunidades más pequeñas.
Bluesky fue la primera en anunciar el bloqueo, describiendo H.B. 1126 como un obstáculo para la innovación y la privacidad. En su blog, la plataforma destacó que la ley obligaría a los usuarios de Mississippi a proporcionar información personal sensible y pasar por verificaciones de edad para acceder a sus servicios, o enfrentarse a multas enormes. Como resultado, optaron por desconectar a los usuarios de Mississippi hasta que los tribunales evalúen la constitucionalidad de la ley.
Poco después, Dreamwidth, una comunidad en línea que permite compartir escritos y otros contenidos, también anunció medidas similares, expresando que no podían arriesgarse a enfrentar las multitudes de multas que plantea la legislación. Mencionaron que incluso una sola multa de 10,000 dólares representaría un grave desafío financiero, y que su participación en un litigio contra el estado podía hacerlos vulnerables a represalias.
Finalmente, esta situación subraya cómo las leyes de verificación de edad pueden consolidar el poder en manos de las grandes corporaciones tecnológicas. A través de su capacidad para absorber costos elevados y multas, empresas como Google y Meta siguen operando mientras que los sitios más pequeños se ven obligados a cerrar o limitar su acceso. La realidad es que los usuarios de plataformas más pequeñas, que buscan espacios de expresión genuinos, están siendo gradualmente empujados hacia las gigantescas redes sociales. Esta tendencia no solo limita las opciones de los usuarios, sino que también amenaza la diversidad y la innovación en la esfera digital, un espacio que todos valoramos.
Fuente: EFF.org