Durante la reciente semana de alto nivel del debate de la Asamblea General, los diplomáticos han reiterado de manera insistente la importancia de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, en un contexto marcado por la escalada de conflictos entre Israel y Hezbolá. Este grupo armado, que cuenta con el respaldo de aliados, ocupa 62 de los 128 escaños en el parlamento libanés, lo que subraya la relevancia política del conflicto.
La resolución 1701, adoptada por unanimidad en 2006, tuvo como objetivo poner fin a las hostilidades entre Israel y Hezbolá, creando un marco para un alto el fuego permanente y designando el despliegue de hasta 15,000 cascos azules de la ONU, la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en Líbano (UNIFIL). Esta misión no solo supervisa el cese de las hostilidades, sino que también apoya a las fuerzas armadas libanesas y asegura el regreso seguro de los desplazados.
Entre los elementos clave de la resolución se encuentra el llamado al desarme de todos los grupos armados en Líbano, así como el respeto mutuo por la Línea Azul, una demarcación temporal creada por la ONU en el año 2000. Esta línea es crucial para la paz en la región, ya que ayuda a prevenir malentendidos y escaladas innecesarias de tensión entre las fuerzas israelíes y las libanesas.
En la actualidad, la situación ha empeorado notablemente. Desde el 8 de octubre de 2023, se han registrado un elevado número de intercambios de fuego a través de la Línea Azul, lo que ha llevado a violaciones continuas de la resolución 1701. La violencia se intensificó en el contexto del conflicto en Gaza, donde los enfrentamientos han dejado un saldo devastador. La intervención de Hezbolá en estos ataques ha llevado a Israel a realizar represalias, incluyendo bombardeos aéreos en el sur de Líbano.
Ante la inestabilidad, las fuerzas de la ONU han mantenido su presencia en la región, aunque han tenido que ajustar sus operaciones para salvaguardar la seguridad de su personal. Se han emitido órdenes de evacuación para civiles y se han implementado planes de contingencia en caso de un aumento de las hostilidades. La ONU ha instado a todas las partes a respetar la resolución 1701 y ha subrayado que el uso de la fuerza, aunque permitido en determinadas circunstancias, no debe ser la primera opción. La comunidad internacional sigue observando con preocupación el desarrollo del conflicto, que amenaza con desestabilizar aún más la región.
Fuente: ONU últimas noticias
