La Gran Biblioteca Alejandrina Parte II

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La Gran Biblioteca Alejandrina Parte II 3Durante siglos este lugar fue el cerebro y la gloria de la mayor ciudad del mundo. El primer Instituto de Investigación, dónde existió comunidades de eruditos que exploraban la Física, la Medicina, la Astronomía, la Geografía, las Matemáticas, la Ingeniera, la Filosofía. Entre los que se hallaban Eratóstenes, Eristrato, Hiparco, Euclides, Dionisio de Tracia,Herófilo, Herón de Alejandría, Eudoxo de Cnido,Cleanto, Galeno, Diocles, Apolonio de Pérgamo, Arquímedes, Tolomeo (que no pertenecía a la realeza) y tantos otros.

Entre estos grandes hombres algunos  hubo también una gran mujer, llamada  Hipatia (370-415 d.C) En aquella época las mujeres disponían de pocas opciones, sin embargo, ella trabajó libremente y sin afectación por los dominios masculinos. Era Jefe de la Escuela Neoplátonica de Filosofía, Matemáticas y Astronomía. Fue asesinada por las turbas fanáticas del Arzobispo Cirilo de Alejandría.

A la muerte de Ptolomeo I Sóter (282 a.C) le sucedió su hijo Ptolomeo II Filadelfo que siguió con la obra de su padre; en su reinado la Gran Biblioteca llegó a alcanzar su mayor esplendor.

La Dinastía continuó (246-221 a.C) Ptolomeo III Evergetes que siguió con la obra de su abuelo. Creo una segunda Biblioteca-Hija en el santuario dedicado al dios Serapis, llamado El Serapeum. Estaba situado en una colina más alejada del mar, en el Suroeste de la ciudad, en el barrio Rakotis. Hizo una ampliación subterránea para albergar los libros que apenas tenían cabida en la Gran Biblioteca.

Desde su creación, aproximadamente en el 306 a.C. hasta el 641 d.C. estos monumentos sufrieron varios percances, entre los que cabe destacar el fuego del año 48 a.C. durante el enfrentamiento naval de las tropas egipcias contra las de Julio César. El incendio alcanzó el Puerto y la ciudad, ardiendo parte de la Gran Biblioteca que estaba situada en el malecón. posiblemente fueron 40.000 rollos los que se perdieron. Estaban depositados en los almacenes (apotheka) del Puerto en espera de ser catalogados.

Según el Decreto del Emperador Teodosio I el Grande (379-395 d.C.) mandó cerrar los templos paganos y destrucción de libros considerados como maléficos.

La quema de los libros de Alquimia ordenada por el Emperador Diocleciano (243-313 d.C)

El Museo fue destruído junto con el Palacio Real en el siglo III d.C. durante las disputas por el poder entre el Imperio  Romano.

La Biblioteca-Hija y El Serapeum resistieron hasta finales del siglo IV d.C. Por orden de Teófilo, Patriarca de Alejandría, fueron saqueados y destrídos por una turba de enfurecidos cristianos.

La destrución definitiva, fue tras la toma de la ciudad por los árabes en el siglo VII d.C.

La antigua Real Biblioteca de Alejandría murió realmente cuando el espiritu que la infundió se apagó. Fue el fin de la Era Escolástica de Alejandría.

Hasta nuestros días, tan sólo existen unos corredores de lo que fue la Biblioteca-Hija en El Serapeum. En este lugar fue levantada, y aún está, la llamada, por error, Columna de Pompeyo. En realidad corresponde al Emperador Diocleciano.

Tenía referencias de este lugar y mi interés, a la vez que curiosidad, aumentaron cuando me informé que podría visitarlo. Me resultó complicado poder acceder a estos antiguos restos de la Biblioteca. Gracias a la colaboración de un vigilante, y unas cuantas Libras, pude contemplar este lugar.

En el lado oeste de la Columna, unas escaleras se adentran en el interior de la tierra, conducen hasta dos de las galerias excavadas en la roca. Se pueden apreciar aún las oquedades que ocupaban los  armarios murales, tal y como demostraron papiros encontrados en los huecos. Es un lugar que me impactó, aunque existen opiniones que discrepan.

A pesar de todo, merece  la pena conocer estos lugares dónde se reunieron  los mejores eruditos de aquellas épocas.  Hasta nuestros días  han llegado  sus testimonios de sabiduría para el bien de la Humanidad.