¿La escritura puede hacer que algo cambie?

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¿La escritura puede hacer que algo cambie? 3Sin en esa fe no podría escribir”, decía Kapuscinski, en el último de sus artículos que publicó en un diario polaco del que era colaborador.

Sin embargo su fe, aunque profunda, no era ciega:

Soy consciente de todas las restricciones que nos ponen las circunstancias, las situaciones, la historia y el tiempo. ¿En qué consiste la principal restricción?. La escritura sólo raras veces, en casos excepcionales, influye en la gente. Y, en el transcurso de la historia, no lo hace de forma directa, radical y de inmediato. La reacción a la palabra escrita es más bien mediata. En el primer momento puede ser incluso invisible, indetectable. Necesita tiempo para llegar a la conciencia del receptor, necesita tiempo para empezar a formar o cambiar esa conciencia. Sólo después de un largo camino podrá influir en nuestras decisiones, actitudes y acciones.

El que la escritura produzca cambios no lo deciden sólo los autores, sino sobre todo los lectores: su sensibilidad y confianza en la palabra, su prontitud y deseo para reaccionar a la palabra recibida. Es también importante el contexto, el ambiente, el estado de una cultura imperante en que esa palabra cae y es recibida”.

Muchos buenos escritores han ejercido y ejercen el periodismo y coinciden en destacar la labor de Ryszard Kapuscinski en el aniversario de su muerte.

Fue calificado como el mejor reportero del siglo XX, pero además era un enamorado de su trabajo; decía que para ser reportero hay que ser buena persona: “me gusta este trabajo y cuando me pongo a escribir no me pregunto si de este intento saldrá un cuento, un ensayo o un reportaje. Sólo pienso en que tengo que crear un texto que se aproxime lo más posible a lo que deseo transmitir. Escribo crónicas periodísticas; es decir, escribo literatura

Adquirió su técnica recurriendo a la antropología cultural. Al igual que Herodoto, el gran historiador griego, Kapuscinski basó su trabajo como cronista de la realidad en una manifiesta voluntad de viajar, cruzar fronteras, escuchar y contar las historias que otros le narraban. Retratar la realidad y convertirla en literatura.

La mutua admiración periodística y literaria entre García Márquez y el reportero polaco se plasmó en los talleres de periodismo que dio a principios de este siglo en algunas capitales latinoamericanas. Publicó varios libros. Al final de este enlace encontraréis las reseñas correspondientes a los mismos.